Diario Oficial de El Salvador/Tomo 18/Número 115
NUM. 115
San Salvador, Sábado 16 de Mayo de 1885.Sección Oficial
[editar]Poder Legislativo
[editar]Que los valientes Jefes que con tanto valor y abnegación salvaron la honra y...
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No Oficial
[editar]Las Cámaras Legislativas celebraron ayer su primera junta preparatoria, en virtud del decreto de la misma fecha que las convocó. Pronto, pues, los Representantes del pueblo salvadoreño, decidirán de la suerte del país, resolviendo sobre la renuncia que del Poder Supremo ha hecho el señor Doctor Zaldivar, lo mismo que, sobre la persona que deba encargarse del Poder Ejecutivo mientras termina el período constitucional que corre.
Varios caballeros de esta capital, convencidos de que la Administración del Doctor Zaldivar, que se ha dicho ser el motivo del trastorno político que se opera, ha terminado de un modo definitivo, pues no puede ser otra la resolución del Congreso ante la voluntad nacional claramente manifestada : convencidos igualmente de que el Encargado del Poder Supremo tiene por primera aspiración restituir al país la tranquilidad que ha perdido, y como única regla de conducta, la observancia de la Constitución; y penetrados por otra parte de que el Jefe del Ejecutivo no tiene pretensiones particulares de ningún género ni abriga ninguna especie de animosidades contra persona alguna; se han propuesto la patriótica tarea de persuadir á los salvadoreños que han invadido el territorio de la República por la frontera de Guatemala, que no existe ya motivo ninguno para ensangrentar al país, pues toda noble aspiración que tengan, pueden hacerla efectiva sin obstáculo alguno por los medios establecidos por las leyes.
El Gobierno ve con agrado estos buenos oficios; y aunque tiene repetidos informes de que la invasión no obra sino con unos pocos elementos de que ha podido proveerse en la frontera de Guatemala, confía sinembargo en que los salvadoreños que han invadido, no teniendo ya nada lícito que reclamar con las armas, desistirán del propósito de desgarrar al país con los horrores de la guerra civil que tan funestos males puede traer y tan grave responsabilidad arrojará sobre ellos ante la historia.
Pero entre tanto el Supremo Congreso dispone lo mejor, y los amigos del progreso hacen un llamamiento al patriotismo y sensatez de los invasores, el Gobierno, en el deber de atender á todo trance á la conservación del orden y dignidad del país, dicta enérjicamente sus providencias á fin de debelar el movimiento revolucionario, si por desgracia se intentare llevarlo adelante. Como consecuencia de ellas, están ingresando á esta capital distintos cuerpos de tropa pedidos á los Departamentos; y hoy sale el señor General don Indalecio Miranda al mando de una fuerza respetable, á ocupar posiciones importantes, de donde pueda obrar en combinación con las fuerzas que se hallan bajo las órdenes de los señores Generales donde Adán Mora y don Carlos Molina, de cuyos notables jefes, la patria tiene tanto que esperar.