Discusión:Ley de Confirmación de Fueros

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La ley de confirmación de fueros del 25 de octubre de 1839 representó un contrafuero en sí misma contra el reino de Navarra. Desde 1515 (las cortes de Navarra aceptan la cesión de la corona), los reinos de España y Navarra son dos estados que comparten la figura del rey, que nombra un virrey para hacerse cargo de las funciones reales en Navarra: ese es el único vínculo de unión entre los estados; las funciones del rey son clarísimas en el fuero general de Navarra, siendo las cortes de Navarra el órgano legislativo por excelencia. En ningún caso el reino de España podía legislar sobre los asuntos de Navarra sin negociación y aprobación por las cortes navarras de lo negociado. La ley de 1839 impone una "unidad constitucional" entre España y Navarra que jamás había existido por ser dos estados distintos, emana de las cortes españolas (que legislaron sobre asuntos que competen a otro estado), no fue aprobada por las cortes de Navarra que no se reunieron después de 1829, y tuvo como consecuencia la disolución de la diputación del reino (para preservar esa unidad constitucional ilegal) y el nombramiento de una diputación provincial a imagen y semejanza de las diputaciones liberales españolas que disolvió definitivamente las cortes y terminó negociando ilícitamente la incorporación de Navarra a España despojándola de su condición de reino y reduciéndola a provincia. Esta visión de ilegalidad de la ley de 1839 fue compartida por personajes como Ángel Sagaseta de Ilúrdoz, síndico de las cortes de Navarra exiliado en Valencia a consecuencia de las purgas que siguieron a la derrota carlista (aunque el Sr. Sagaseta jamás demostró afinidades carlistas) o por el Conde de Guenduláin como dejó consignado en sus memorias.