Dos rosas y dos rosales: 29
Intermedio.
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La empresa de Don Carlos y la mía
Son arduas a la par: los dos tenemos
Que hacer tres años esperar y un día,
Él a Rosa y yo al público.—Veremos
De la empresa en que a tientas nos metimos
Mi Don Carlos y yo cómo salimos.
El veinte de diciembre de ochocientos
Cuarenta y cinco comenzó su viaje
Don Carlos. ¡Quiera Dios que sus alientos,
Sus esperanzas y su pie no ataje
El poder de contrarios elementos,
Mortal enfermedad, traición villana,
Una en fin de esas mil calamidades
Que el hilo tuercen de la vida humana.
Dejémosle por campos y ciudades,
Mares y soledades,
Ir cruzando con reinos extraños,
Acosado tal vez de adversidades,
Víctima de asechanzas y de amaños
Tal vez. Irle siguiendo día a día.
Tarea larga y sin placer sería:
Pero llevemos cuenta con los años.
1846.
[editar]Carlos escribió a Rosa el dos de enero
Desde Madrid, el diez desde Bayona
Y el treinta desde Londres. Con entero
Ánimo va, su fe no le abandona.
Un comerciante inglés, su compañero
De colegio en parís, es quien le abona
Su pasaje hasta Goa, y le abre un crédito
Don de amistad sin término y sin rédito.
Carlos era un mancebo precavido;
El capitán Look-out, que había salido
Del colegio antes que él, y era seis años
Mayor, era un inglés serio y cumplido,
Pero capaz de comprender su idea,
De arrostrar de un mal éxito los daños,
Y de aceptar el porvenir cual sea
Del paso más audaz que justo crea;
Y Look-out creyó justo el de Rosales.
Guardó el original de aquellas pruebas
En que Carlos se cree bien apoyado,
De las cuales sacó copias legales.
Look-out pertenecía
En Londres a la rica Compañía
De las Indias, y Carlos ha acertado
Dirigiéndose a él: Look-out, el día
Que partió, fue con él hasta el paquete
Y allí le dijo al despedirse: “Vete:
“Aquí queda Look-out de ti al cuidado:
“Sabes que soy inglés, y soy tu amigo:
“En cualquier ocasión cuenta conmigo.”
Y todo el mundo sabe
Que esto en un buen inglés es cuanto cabe.
Carlos partió, doblando su esperanza
Haber puesto en Look-out su confianza.
En su postrera carta enviaba a Rosa
Tres sonetos, que a fe no son gran cosa,
Pero que es bueno que el lector los lea,
Porque aunque sus sonetos no son buenos
Están de amor y sentimiento llenos,
Y dan de su pasión completa idea.
A ROSA. En su álbum. (Londres).
[editar]I.
Desde que pude amar adiviné
Que Dios iba a crearte para mí;
Desde que ser me dio, por donde fui,
Seguro de encontrarte te busqué.
Antes de ver tu faz, cuando te hallé,
Mi alma sintió que estaba junto a ti:
Te amé desde la hora en que te vi:
Te amo y mientras viva te amaré.
Tu ser tiene la esencia de mi ser;
Mas en mi amor no hay átomo carnal,
Y si en lugar de hacerte una mujer,
Te hiciera Dios un ser espiritual,
Sin que jamás llegaras a nacer
Te amara en el no ser mi alma inmortal.
II.
Nunca el arroyo al manantial volvió:
Nunca los peces de la mar saldrán;
Nuestras almas así: nunca podrán
Al destino faltar que Dios as dio.
¿Podrías tú dejar de amarme? No:
Pues como va el acero hacia el imán,
Una hacia otra nuestras almas van,
Y tú vienes a mí, y a ti voy yo.
Bien puede el tiempo entre los dos correr,
Bien puede hervir entre los dos el mar,
Bien puede eterna nuestra vida ser;
Mas nunca puede nuestro amor cambiar;
No; ni puedo yo amar otra mujer;
Ni más hombre que yo puedes tú amar.
III.
Si un día ¡que no vea yo jamás!
Mas quiero de ello hacer suposición,
Porque aunque hay cosas que imposibles son
Alguna vez las hace Satanás:
Si un día a otro hombre de tu cuerpo das
Por engaño o por fuerza posesión,
Pues darle no podrás tu corazón,
Sin alma y sin amor se lo darás.
De él al llevarte tu deber en pos
De mí te apartarás: yo moriré:
Mas Dios unió las almas de los dos,
Y yo tu alma a reclamarle iré:
Y, con la mía virgen, ante Dios
A que muera tu cuerpo aguardaré.
Rosa, en diciembre, el dos, fecha de abril
De Carlos otra carta recibió,
Y supo que a las Indias arribó
Tras de vencer dificultades mil.
La empresa el primer año no iba mal:
Mas Rosa al fin del año comenzó
Miedo a tener, porque a saber llegó
Que Don Juan había ido a Portugal.