El Saco de Roma: 03
Apariencia
Jornada II
GENERAL BORBÓN, DON FERNANDO GONZAGA. GUARDA. ROMANO. AVENDAÑO. ESCALONA. CORNELIA.
JULIA. CAMILA. ALEMÁN.
Manda BORBÓN que asalten a Roma, prende un espía romana,
traénsela, manda que la ahorquen, AVENDAÑO le pide que la mande
soltar hácese así, comienza a batir a Roma, y el primer asalto muere
BORBÓN subiendo el muro; hállanlo AVENDAÑO y ESCALONA, llevanlo a su tienda,
encuentran tres romanas catívanlas, despojan y matan a un ALEMÁN; tocan a recoger,
cesa el saco por aquel día.
BORBÓN:
Lleno de ira, y sobresalto horrible ardiendo en fiera y rigurosa saña, todo el discurso desta noche fría, revuelto en bascas, y congoja extraña, pasé con inquietud dura y terrible deseando la luz del claro día. Ya el alma revolvía a la triste ruina que promete España a la alta Roma. Que agora opresa y doma y la cerviz al yugo le somete después que fue señora del mundo, y tantas gentes domadora. Contemplo el alto Capitolio en tierra, su opulencia en poder de los soldados, el incendio, las muertes, las injurias, sus templos y edificios derribados las libertades de la libre guerra, Los sacrilegios, robos y lujurias, Las implacables furias de los soberbios bárbaros, dispuestos a la cruel matanza, usando en su venganza mil robos, mil estupros deshonestos, triunfando de la gloria de quien triunfó de tantos con victoria,DON FERNANDO:
Gran general de España, esta es la hora que asignaste, y el punto en que conviene dar el asalto, antes que el aurora rompa la oscuridad que el mundo tiene.BORBÓN:
Ea, gente indomable vencedora de todo cuanto el mundo en sí contiene, dispongamos el campo, ea, asaltemos, ea, el orden sigamos que tenemos. Vos, Don Fernando, por aquesta parte con aquesta avanguardia de alemanes romped el muro, y con soberbio Marte dad a Roma los últimos afanes. El orden mismo seguirán, y el arte los demás españoles capitanes. 40 Vayan por esta banda arcabuceros, por aquella, caballos y piqueros. La Infantería italiana vaya cercando en torno el Tiber, un ala hecha, guarde el bagaje y munición, no haya desorden, que en la guerra esto aprovecha. Esté el contrario en su lugar a raya, y si huyere, viendo que lo estrecha nuestra gente, dará en la infantería, si se escapare, dé en la piquería. Soldados valerosos, ya es venida la ocasión que tenéis tan deseada, la diligencia sea apercibida de vos, y la pereza desechada, la victoria tenéis tan conocida que esta noche me ha sido revelada del piadoso y favorable hado, que plácido en mi ayuda se ha mostrado.DON FERNANDO:
¿De qué sirven más arengas dinos, general Borbón? Que tengo a gran sinrazón que así suspensos nos tengas. Habían de estar ya en tierra los muros, y los soldados de los despojos cargados, cuando das leyes de guerra. El orden que nos has dado todo el campo seguiremos, mas solamente queremos que hagamos lo acordado,BORBÓN:
En ese mesmo deseo estoy, mas para un momento, que un gran alboroto siento y el campo alterado veo.GUARDA:
Gran Borbón, haciendo vela en este cuarto presente, en medio de nuestra gente prendí aquesta centinela. Dice a voces que es romano, y pues es nuestro enemigo el mismo pide el castigo, no se lo niegue tu mano.BORBÓN:
Romano, di, ¿a qué veniste de tu Roma, a mi real? ¿Que es tu desiño final y la causa a que saliste? Si no me lo dices luego de modo que satisfagas, yo te haré que lo hagas, poniéndote en vivo fuego. No tienes razón que dar si no decir quien te envía, si vienes en compañía, o si sólo, a este lugar. Y asildo, porque si ordena hacer lo que Mucio obró, cuando la muerte le dio al contador de Porsena.ROMANO:
Señor, ¿qué quieres que diga? Yo soy espía, y salí de Roma, yo vine aquí a espiar quien nos fatiga, y habiendo considerado todo tu campo dispuesto, volvía avisarlo presto, y atájome el crudo hado.BORBÓN:
¡Eso no me satisface! Con alguna maldad vienes.ROMANO:
¿Aquesto por maldad tienes? ¿Esto en guerra no se hace? ¿Cuando faltarán espías del un bando al otro puestas?BORBÓN:
No te pido estas repuestas, sino solo ¿á qué venías?ROMANO:
Ya te he respondido, y digo que te venía a espiar, y a si te pudiera dar con esta mano el castigo. Quieres saber más de mí, no tengo más que decirte, y así puedes persuadirte que a poder lo hiciera así.BORBÓN:
Con tan extraña osadía te has atrevido a hablarme.ROMANO:
Mas pensaba adelantarme si fuera la suerte mía.BORBÓN:
Sus, colgado do aquel muro pague sus intentos vanos.ROMANO:
No espantan a los romanos muertes, ni castigo duro.AVENDAÑO:
Esa braveza de Roma, ese despreciar la muerte, ese hablar de esa suerte tú verás cómo se doma. No permitas, gran Borbón, tratarlo de aqueste modo. Que no es bien que un campo todo dé muerte a un hombre en prisión. Deja ir libre ese romano, diga su muerte vecina que una sola golondrina no suele hacer verano, otra gloria, otro renombre tu gran valor nos promete, digan que un nuestro acomete un capón, y no un capón a un hombre.BORBÓN:
Dalde libertad, y vaya de nuevas de nuestra ida.ROMANO:
Roma aguarda apercibida, que temor no la desmaya.BORBÓN:
Dad principio al crudo estrago, toca al arma presto presto. Guarde cada cual su puesto. Santiago, Santiago. Este muro levantado por esta escala entraré, y luego que en él esté el fuerte tengo ganado. Poca defensa hay aquí, arriba, arriba, Borbón, No te falte el corazón. ¡Muerto soy, triste de mí!AVENDAÑO:
Anda, Escalona, llevemos a la tienda ese pillaje. No aguardes cargar bagaje, porque luego nos tornemos.ESCALONA:
Echa por este camino, atajaremos gran parte.AVENDAÑO:
Éste al gran furor de Marte dio el espíritu mezquino.ESCALONA:
Paréceme que es Borbón aquel que allí vemos muerto.AVENDAÑO:
Él es; no es otro por cierto, que acabó con su intención. Por ser nuestro capitán llevémoslo a nuestra tienda, y que es muerto no se entienda.ESCALONA:
Cárgate ese ganapán. Echémoslo de aquí abajo, dalo al diablo que pesa, por cierto que es buena presa para tan grande trabajo.AVENDAÑO:
No es razón que lo dejemos, que en muerte no es bien vengarnos.ESCALONA:
Ni aún de un muerto es bien cargarnos pues hay río en que lo echemos.CORNELIA:
¡Ay mísera caída, ay dio postrimero del valor alto de la sacra Roma, ay gente enfurecida, ay hombre de dinero, que así os consume el alma su carcoma! Hoy se sujeta y doma la ciudad que ha rendido cuanto mira el sol puro, hoy sufre asalto duro, y hoy será cuando puede destruido. ¡Ay dulce patria amada de Dios, para su Iglesia diputada! Hijas de mis entrañas, regalo y gloria mía, ¿En tan estrecho paso qué haremos? Vamos a las montañas, quizá hallaremos vio como del fiero incendio nos libremos. En las manos nos vemos de la enemiga gente, las haciendas quitadas, las casas abrasadas, sujetas al furor de su ira ardiente a riesgo que perdamos con la hacienda el nombre que estimamos.JULIA:
Señora, la crueza del bárbaro enemigo que con airada y rigurosa mano usando su fiereza nos quita el patrio abrigo, asolando el valor y ser romano, cuando con su inhumano furor, haya igualado el Capitolio al suelo, su fuerza, ni mi duelo, harán mover mi virginal cuidado, ni con infamia oscura podrán amancillar su hermosura.CAMILA:
Cuándo puesta en sus brazos quisieron con violencia sobrepujar mi femenil sujeto, seré hecha pedazos con firme resistencia, primero que venir en tal decreto. Mas si en tan duro aprieto fuere más poderosa su fuerza que la mía, el cuerpo se rendía, no el alma, que en aquesta trabajosa lucha, estará constante, teniendo siempre el casto honor delante,CORNELIA:
Ése sólo recelo hijas, me congojaba. Mas ahora que veo vuestra firmeza no temo el triste duelo, ni el fin que me llamaba, con ver que no se pierde la nobleza.JULIA:
¡Ay tristes! ¿Qué fiereza de hombres, es aquesta?CORNELIA:
Cielo justo, tu ayuda en este paso acuda.CORNELIA:
Hijas, ánimo aquí, la hora es esta, ya enemigos vemos donde del valor nuestro ejemplo demos.AVENDAÑO:
Anda, Escalona, apresuro el paso, ¿vienes durmiendo? Voto a tal que no te entiendo, ¿Tal vas en tal coyuntura? Ponte alas a los pies, y a las manos dos escarpias, anda, hagámonos harpías, pues tan buena ocasión es.ESCALONA:
Por el dador de la vida que es buen pillaje el que veo.AVENDAÑO:
Bueno Escalona, no creo que es mala nuestra venida. Arremete presto a asillas, no vengan otros soldados, y a la parte acodiciados hayamos de repartillas. Hermosas damas romanas, pues fortuna os ha traído a tal estado y partido, pareciendo más que humanas, permitid ir con nosotros, adonde seréis guardadas servidas y regaladas, antes que os asalten otros. Y tened seguro aquí que lo que toca a guardaros podéis, señoras, flores deste soldado, y de mí. No usaremos del furor y libertad de la guerra, que en nuestros pechos se encierra la piedad, y no el rigor.CORNELIA:
Soldados, yo he creído que el cielo oyó nuestro llanto, pues en tan fiero quebranto nos ha a vosotros traído. Y habiendo de ir tres matronas en las cadenas esquivas, libertad es ir captivas sirviendo tales personas. Sola una cosa os demando con lágrimas destos ojos, que estas de que hacéis despojos miréis, su honor conservando, porque su rescate dellas será tal cual lo veréis, y sin esto subiréis vuestro nombre a las estrellas.ESCALONA:
Señora, yo doy seguro, por la ley de buen soldado, que sea su honor guardado, y a Dios lo prometo y juro.CORNELIA:
Eso alivio el mal que siento, y es parte de consolarme del yugo a que veo llevarme.AVENDAÑO:
No lo será más contento. Aguarda, Escalona, tente, ten la espada apercebida que por ésta vía seguida oigo gran tropel de gente. Dos alemanes cargados vienen, o fieros violentos, con casullas, y ornamentos de los templos consagrados.ESCALONA:
Ponte en aqueste paraje. Pese a tal con los ladrones, dennos en pocas razones los pellejos y el pillaje. Estate quedo, Avendaño, déjalos, lleguen do estás; pondrémoslos que jamás en iglesias hagan daño.ALEMÁN:
Cárgate bien, compañero, no te detengas, ni tardes, porque los despojos guardes que llevas del saco lloro. Los españoles no vengan que si vienen, ten por cierto que tú sin ropa, y yo muerto quedamos, que así se vengan.AVENDAÑO:
A ellos, ea, Escalona, mueran entrambos a dos.ESCALONA:
Éste ya es mío, por Dios.AVENDAÑO:
Pues estotro no blasona huertos están, ¿qué haremos?ESCALONA:
Qué, no detenernos punto, y ese lío todo junto con lo demás nos llevemos.AVENDAÑO:
¿Qué haces, a qué aguardamos? ¿No oyes a don Fernando que su gente retirando viene hacia donde estamos? Sígueme por esta parte, que si llega, es camarada, y pedirá le sea dada desta nuestra presa parte.ESCALONA:
Enviarelo yo a la horca de donde lleve despojos, questos al ver de los ojos los llevará sí se ahorca.AVENDAÑO:
Estorbemos pesadumbre.ESCALONA:
Calla, que es ese un figón, Bergamasco, gran poltrón que lo baja su costumbre.AVENDAÑO:
Este camino tornemos que es más cerca, y más seguido, y el robo que hemos habido entre los dos lo carguemos. Y, señoras, caminando poco a poco por aquí podremos llegar allí, do no llegue don Fernando.DON FERNANDO:
Extraño ha sido el riguroso estrago que en Roma habemos hecho con victoria, dándole el justo y merecido pago a su loca y altiva vanagloria. Lástima daba ver el rojo lago que por las calles iba, cuya historia Roma celebrará en eterno llanto, y a España ensalzará en divino canto. Atambor, toca a recoger la gente, que va del día faltando la luz pura, cose ya la crueldad, y saña ardiente, y de Roma la extrema desventura. A Borbón demos, general valiente, con tierno sentimiento sepultura; yo lo voy a buscar; tú echa bando que en orden vengan al real marchando.