El canillita
Anunciando los diarios que a la venta lleva
cruza el canillita sudoroso y fugaz
corriendo fuerte por ser de los primeros
en vender los diarios y ganar el jornal.
Acaso mis ojos tal vez hayan mirado
a un muchacho que lucha por el pan de su hogar
o también es posible que me haya inspirado
en un huérfano humilde en un desamparado
sin padres que adorar.
El Comercio, vocea con afán el pequeño
La Crónica interesante, en seguida dirá
El Callao, Suplemento, La Tribuna y La Noche.
La Sanción y El Heraldo, le oiremos pregonar.
Si muchos de nosotros auscultar pudiéramos
la verdad cruel y triste de este diario luchar
viviendo en un instante tan mortal desengaño
con el dolor humano compráramos los diarios
para otorgarle el pan.
Canillita travieso, juguetón, bullanguero
de alma que ayer fue buena y siempre lo será
si cruzas muy temprano las calles de tu pueblo
semejas a un obrero con rumbo a trabajar.
Más tarde cuando corres pregonando los diarios,
te muestras todo un hombre que lucha por el pan
y al llevar las ganancias a tus padres o hermanos,
tu pequeñez gigante, tu grandeza de niño,
humilla a la crueldad.