El cardenal Cisneros/II
Nació Jiménez de Cisneros el año 1416 en Torrelaguna, hijo de una familia noble, pero de modesta fortuna, y recibiendo en la pila bautismal el nombre de Gonzalo. Es regla general que á los hombres notables se adjudique una cuna ilustre. Un plebeyo que se hace célebre resulta de ordinario hijo de noble, un noble de fama hijo de Reyes, y, necesariamente, un Rey grande coloca su abolengo allá entre los dioses del Olimpo. Suponían los antiguos, y Alejandro procuraba acreditar el rumor, que el hijo de Filipo había sido engendrado directamente por el padre inmortal de los dioses, aunque su honrada madre Olimpia decía de contínuo: «¿Cuándo dejarán de calumniarme cerca de la buena esposa de Júpiter?» César, la primera vez que habló en público, se presentó como descendiente de los antiguos Reyes de Roma y de la divina Venus. No había de faltarse á esta regla al tratarse de los antepasados de Cisneros. Fray Pedro de Quíntanilla construye á su placer para nuestro héroe un árbol genealógico, por medio del cual lo entronca con D. Pelayo, el Rey Pipino, Carlo-Magno y otros personajes no menos ilustres, como sí las grandezas humanas que nacen de sí mismas no tuvieran el pedestal más bello en la humildad de su orígen. Riámonos de estas debilidades humanas, y exclamemos con Juvenal, á propósito de ellas:
- Malo pater tibi sit Thersitae, dumondo tu sis
- Æacide similis, Vulcaniaque arma capusas,
- Quam te Thersitae similem producat Achilles.
Indudablemente Cisneros era de noble alcurnia; pero segun Gonzalo de Oviedo, en sus Quincuagenas, el padre de Cisneros fué un hidalgo pobre, que habiendo consumido su escasa fortuna en la educación de sus hijos tuvo que dedicarse á ejercer la profesión de abogado. ¡Nobilísimo en verdad y honrado padre que cifraba el mejor porvenir de sus hijos en la sólida educación que les daba, condenándose por ello al trabajo en los últimos años de su vida!
Cisneros fué destinado por sus padres desde niño al estado eclesiástico, entonces, como ahora, uno de los más considerados, influyentes y lucrativos en este buen pais de España. Estudió gramática en Alcalá, y á los catorce años ingresó en la Universidad de Salamanca, la Atenas española por entonces, en donde se consagró, con todo el ardor de su carácter, al estudio del derecho civil y canónico; de suerte que, al cabo de seis años, pudo recibir el grado de Bachiller en ambos derechos, cosa muy rara en aquellos tiempos y aun en los nuestros, si se atiende á la poca edad de Cisneros. Todavía hizo más, y fué dedicarse á la enseñanza de aquellas mismas materias para buscarse medios de subsistencia y ahorrar á sus padres los gastos consiguientes, conducta que descubría tempranamente la generosidad de su corazón y la austera seriedad de su carácter.