El chocolate ayudado
El doctor N. visita á la condesa X. , enferma de aprensión, que lo tiene completamente cansado con sus impertinencias. No sabiendo ayer qué propinarle para curar una enfermedad que no tiene, dispuso que se desayune con un vaso de agua, que tome chocolate después y beba inmediatamente otro vaso de agua.
Esta mañana ha sido llamado precipitadamente y ha encontrado á la condesa lívida y con las facciones desencajadas.
— Señora, qué es eso? ha dicho el médico alarmado al observar el terror de aquella fisonomía generalmente dulce y tranquila.
— ¡Ah, doctor! hemos equivocado la medicina y estoy perdida; voy á morir.
— Pero ¿qué medicina. Dios mió, es la que se ha equivocado.?
— Cuál ha de ser, la del chocolate, que en vez de tomarlo entre dos vasos de agua, lo he tomado como siempre, bebiendo agua solamente después.
— Señora, ha dicho el médico conteniendo apenas la risa, cálmese V.: el descuido ha sido de mucha, de muchísima gravedad; pero la ciencia tiene recursos para todo.
— Trata V. en vano de consolarme, porque demasiado comprendo que la enmienda es imposible. Si el agua debia estar debajo del chocolate y hace media hora que lo he tomado ¿qué remedio puede haber?
— Uno muy sencillo, el vaso de agua clara que debia V. tomar antes, tómelo V. ahora en una lavativa, Y ella ocupará su puesto.
— ¡Ah! doctor, lo comprendo y me he salvado. ¡Gracias!
Esta idéa le ha valido un regalo de dos mil reales