El criado recien venido
Un amigo nuestro recibió ayer un criado que acababa de llegar del pueblo, y para hacerle enrar desde luego en el plan de limpieza y aseo conque está montada toda casa decente, le dijo:
— Es necesario, por de pronto, que te cortes el pelo, dejándote la cabeza monda y lironda; después irás auna casa de baños, tomarás uno, y te lavarás todo el cuerpo.
— ¿Quiere V., señor, que vaya ahora á cortarme el pelo? — No, irás á la tarde, porque ahora no es posible dejar la casa sola.
Por la tarde estaba nuestro amigo en la sala con algunos caballeros y señoras elegantes á tiempo que entró el pobre diablo del criado lugareño, y dirigiéndose á su amo, le dijo con una voz bastante fuerte, para que todos lo entendieran.
— Señor, ¿será buena hora para que vaya á que me corten aquello que V. sabe?