El extraño deseo

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EL EXTRAÑO DESEO


Ser de oro, de una pieza trabajada al cincel,
Con ojos de turquesas y rubíes por boca,
Los dientes burilados sobre cristal de roca
Y en la frente esmeraldas imitando laurel.


El todo de un aspecto fantástico y cruel;
Algo como una estatua con aspecto de loca;
Una mujer de oro, cuyo desnudo evoca
Al Diablo contemplando telas de Rafael.

 

Sin corazón, sin alma. Fría como el misterio.
Una muerta que nunca logrará el cementerio.
Una muerta que espera frente a la Eternidad.


Cuyos ojos de piedras, ciegos pero brillantes,
Sean faros extraños fijos y alucinantes
Símbolos de la incógnita de la felicidad.