El pasado: 11
Escena VI
[editar]- Dichos y ERNESTO.
Ernesto. -(Aparece, y al encontrarse con ARCE se detiene.) ¡Ah, perdón!
Rosario. -(Demudado.) ¡Oh! ¡Él!...
Arce. -(Indeciso, se detiene a su vez.)
Rosario. -Puedes entrar, Ernesto.
Ernesto. -(Saludando.) ¡Señor!
Rosario. -El... señor Arce. (Gesto de asentimiento de ambos.) Ha venido a verme... con el objeto de explicarme las circunstancias de esa contrariedad que tanto te ha preocupado.
Ernesto. -Me felicito entonces de este casual encuentro. ¿Llegaré a saber, al fin, por qué causa he dejado de ser persona grata a la familia de usted?
Rosario. -Yo espero de la amabilidad del señor Arce el sacrificio de unos minutos más de su tiempo, para darte la explicación que deseas.
Arce. -(Sin perder su serenidad.) Efectivamente; acabo de decirle a su mamá que ha habido una mala inteligencia respecto a nuestras relaciones sociales. Las puertas de mi casa nunca se han cerrado para usted.
Ernesto. -Muchas gracias. Hay otras circunstancias, sin embargo...
Arce. -Yo las ignoro, señor...
Rosario. -(Aparte.) ¡Cobarde!...
Ernesto.-Se me ha notificado que debía renunciar a ciertas aspiraciones de mi corazón, y aunque la forma no sea muy de protocolo, permítame que le pida una explicación al respecto.
Arce. -Quizá el señor no sea persona grata en ese sentido.
Ernesto. -(Vehemente.) ¿Por qué?... Eso es lo que me interesa; las causas.
Arce. -Creo que en todo caso respondería mejor la persona interesada.
Ernesto. -Pero si ella no ha tenido intervención.
Arce. -¡Ah!...
Ernesto. -Permítame. Ella acaba de hacerme saber que un grave motivo de familia nos aleja para siempre...
Rosario. -(Angustiada.) ¡Oh, Dios mío!...
Ernesto. -¿El motivo, ese motivo, cuál es?
Arce. -Yo lo ignoro, señor, y como mi posición va resultando un poco desairada, ruego que me permitan retirarme.
Ernesto. -Como guste.
Arce. -(Saluda y mutis.)