El perro novio
Cayóse en el rio una joven lindísima, y sin otro defecto que ser muy aficionada á las novelas románticas. El peligro de ahogarse que corrió fué muy grande, porque su mamá, como es de suponer, no sabia nadar; pero por fortuna se encontró un libertador y fué conducida á su casa fuera de peligro, pero desmayada.
Cuando recobró el sentido, forjó en su imaginación una novela de que ella se declaró heroína, creándose para sí un héroe precioso y nadador, que indudablemente la debia, llevar al altar.
— Mamá, dijo á la suya, que estaba sentada á su cabecera, tú sabes que soy rica; pues bien, declaro que quiero casarme con el que me ha salvado.
—¡Hija mia! ¡pobre hija mia! es imposible.
—¡Imposible! mamá, pues qué, ¿está casado?
— No, no es eso. Es todavía peor.
—¡Peor! ¡Oh Dios piio! ¿Me espera alguna desgracia?
— ¡Ay! ¿no sabes quién es?
— ¿Nó es el caballero de la casa de en frente?
— ¡Ay! hija mia, no es ese.
— ¿Pues quién, ¡mamá? — ¡Un perro de Terranova!
—¡Ahí
—¡Oh!