Ensayo de una historia de Orizaba: Primera parte: Capítulo IV

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Ensayo de una historia de Orizaba (1867) de Joaquín Arróniz
Cap. IV
Cap. V
Nota: Se respeta la ortografía original de la época



IV.


Rios y cascadas.— Naturaleza de las aguas de Orizaba.




Si hay en México un lugar privilegiado para la industria manufacturera, ese es Orizaba. Mas adelante tratarémos de este asunto, que acaso será de un interés vital para estas comarcas en tiempos no muy lejanos.

Desde una época remota Orizaba gozó siempre de una fama proverbial entre los indígenas, por la abundancia de sus aguas, y aun el nombre que le dieron, que es el primitivo del que hoy corruptamente lleva, encerraba una pintoresca descripción de su aspecto físico.

El barón de Humboldt ha notado la falta casi absoluta que hay en México de rios navegables. Señala como á propósitos, tanto por su estension como por la abundancia de sus aguas, al rio Bravo y el Colorado[1], de los cuales el primero limita nuestra frontera septentrional con los Estados-Unidos, y el otro desemboca, corriendo de N. á S., en el Golfo de Cortés, unido al Gila.— El ilustre sabio alemán menciona el Papalóapan, que en una distancia de mas de treinta leguas, es navegable, proporcionando grandes ventajas á las poblaciones fundadas en sus amenas riberas.

El valle de Orizaba como el interior de México carece de un rio así; pero en cambio, contiene abundantes manantiales que fertilizan sus terrenos, y forman algunas corrientes, que por la misma rapidez que tienen, gracias al descenso de la cordillera, pueden servir con el mayor provecho, para impulsar grandes maquinarias.

Los rios principales de nuestro valle son los siguientes:

El Rio-Blanco y el de Orizaba.

En el punto llamado Parage-de-en-Medio, en las Cumbres de Aculcingo, nace un manantial de pobrísimo caudal de aguas, que aplaca la sed de los viandantes que pasan por allí en las ardientes horas del estío. Ese manantial es uno de los que al correr desde aquellas alturas, se despeña al pueblito de Aculcingo, sirviendo de primera corriente al Rio-Blanco. A poco se une á un ojo de agua, que fertiliza las tierras de la hacienda de San Diego, y á otros siete que surgen en Barranca-Seca; pero los que aumentan su cauce son los dos hermosos manantiales de Ojo-Zarco, llamados el uno Tlaxcalilla el chico, y el otro Tlaxcalilla el grande.

En el Ingenio nace otra fuente que viene á unirse al Rio-Blanco; las aguas de éste sufren entonces cierta descomposicion, por la naturaleza de las que brotan en el Ingenio, que contienen algunas sustancias sulfurosas.

El Rio-Blanco va á desembocar frente á Alvarado, recibiendo desde su origen mas de setenta corrientes tributarias, que dan no pocas creces á sus aguas.—Anualmente sufre algunas crecientes, á causa de las lluvias, que por el declive enorme de estas montañas y planíos, van á confluir á él, y recorren, en caprichosos giros, toda la estension que nos separa de Alvarado.

Este rio mas tarde, cooperará grandemente á crear un comercio directo con la costa de Sotavento, cuyos productos, entre ellos el algodon, servirán para alimentar las fábricas de Orizaba, é impulsar otros ramos industriales que contribuirán, en el porvenir, en el bienestar y engrandecimiento de estos lugares.

En 1849 el gobierno del Estado creyéndolo así, intentó hacer navegable el Rio-Blanco, y al efecto dirigió una escitativa á los cantones de Orizaba, Córdoba y Cosamaloapan á fin de iniciar, mediante su cooperacion, la apertura de un canal desde Omealca hasta Alvarado. Se comprende, sin dificultad, la importancia de esta mejora que influiría directamente en Orizaba y la costa de Sotavento; pero por desgracia, no pudo plantearse. El Ayuntamiento de Orizaba, elogió el pensamiento y se limitó, en seguida, á aconsejar se encomendára la ejecucion del proyecto á una empresa particular, concediéndosele algunos privilegios.

Siempre ha sido ese el desenlace que los proyectos de este género han logrado: no ha sido ciertamente culpa de nuestros gobiernos: ellos en su situacion puramente defensiva se han visto en la necesidad de atender, con preferencia, á su estabilidad mas que á desarrollar los elementos de riqueza y prosperidad que contiene nuestro país[2].

Mas tarde, sin duda alguna, se llevará á cabo esa idea, que realizada, será una fuente perenne de riqueza pública para esta ciudad[3].

El Rio de Orizaba, tiene su orígen en las montañas de Tesmelaca cruza por un terreno accidentado y viene á refluir, al S. S. E. de la ciudad, en el Rio-Blanco, en un punto llamado, por esto, la Junta. De allí core á Rincon-Grande, donde se precipita el rio de Tlilapa[4] que ha dado a este pintoresco pueblito el nombre mexicano de Rio-Negro, que es lo que significa en español.

Entre Jesus Maria y Tesmelaca, se pasa el curso de este rio nueve veces: de ambos lados brotan de las serranias inmediatas algunos manantiales que aumentan notablemente su cauce. En Ixhuatlancillo y el Rancho de Cristo, nacen tambien otras dos corrientes que se le unen, y así cruza algo caudaloso la ciudad, dando impulso á algunos de sus molinos[5]. Tales son los dos ríos principales de Orízaba. Réstanos hablar ahora de otros que rigurosamente no pueden llevar ese nombre; pero que merecen aquí una mención especial.

El Arroyo-Caliente que atraviesa el extremo N. E. de la ciudad, y pasa silenciosamente bajo el humildísimo arco del puente de Gallardo<[6] brota en los pantanos ó ciénegas de Tepatlachco. La corriente de este riachuelo es muy benéfica para la ciudad, porque fertiliza una gran porción de sus terrenos, y por el impulso que da á algunas de sus muchas tenerías.

El arroyo de los Aliuacates, nace al O. del cerro de Escamela y corre paralelamente al primero: entre los límites de Barrio-Nuevo y la hacienda de Jalapilla, en terrenos de Rincon Grande, se unen entrambos, y en una sola corriente van á refluir á Rio-Blanco.

El de Ojo-de-Agua, cuyo nombre indica su orígen, tiene muy poca estension en sus corrientes, y se le une á poco andar de su orígen. Este arroyo nace en las quebradas del llano del mismo nombre, que están al pié de la cuesta que conduce al Rancho de Ojo-de-Agua.

Las aguas de estos rios que á veces corren á lo largo de estensos planíos, se precipitan frecuentemente, por la configuración misma del terreno, de grandes alturas, y forman esos juegos hidráulicos de la naturaleza que llamamos cascadas.

En las cercanías de Orizaba, figuran las de Barrio-Nuevo y Rincón-Grande: á mayor distancia se encuentran las de la Puerta de Santa-Anna, y la muy hermosa de Tuspango.

Segun el resultado de algunas observaciones, las aguas que corren en el valle de Orizaba contienen las sustancias que pasamos á indicar:

Ojo del Ingenio: Alcalinas, ligeramente sulfurosas.

Rio-Blanco: Alcalinas, con bastante carbonato de cal.

Rio de Orizaba: Pocas sales.

Ojo-de-Agua de Escamela: Poca alcalina.





  1. Ensayo Político. Tomo 1.° El rio Colorado pertenece hoy á los Estados-Unidos.— Humboldt escribia esto en 1804.
  2. Tomo estas noticias de un dictamen existente, en borrador, en el archivo del Ayuntamiento de esta ciudad. En ese documento se asegura que el segundo conde de Revillagigedo proyectó canalizar el Rio-Blanco desde Alvarado á Omcalca. Me parece inexacto esto. En la Instruccion que este hombre célebre dejó á su sucesor en el mando, se limita á decir, Párrafos 199 y 200; "Muchas mas ventajas que de los caminos podría resultar de los canales, ó de hacer navegables ciertos rios, lo cual se conseguiria á poco costo. Pudieran conducir á Veracruz por agua, y sin salir al mar, los frutos y efectos de las jurisdicciones de Alvarado, Tlacotalpan, Cosamaloapan, Acayucan, Teulila y otros parages de la provincia de Oaxaca. Para esto, solo falta hacer navegable la distancia que media desde la Laguna de la Camaronera al arroyo Tenoya; con cuya noticia, agrega, formé una instruccion y dí órden al director de ingenieros D. Miguel del Corral, para que hiciese los reconocimientos necesarios, y con efecto, levantó planos y formó los cálculos que remití á la corte, en 24 de Marzo de 1790".— Tal es lo que testualmente dice el Sr. Revillagigedo, y por ello se ve que para nada se refiere al Rio-Blanco. La idea, pues, muy acertada, de hacerlo navegable no fué suya. Aun antes de su gobierno sábese, por tradicion, que en un tiempo llegaron á Omealca, algunas canoas de la costa, cargadas de algodon.
  3. Parece que el origen del Rio-Blanco es este: Los españoles dieron á Ahauializapan, la traduccion impropia de agua blanca, según el P. Motolina (Historia de los Indios). A reserva de tratar este punto en su lugar, asentarémos que á los manantiales de Ojo-Zarco, les dieron, en particular, el nombre de fuente de Ahauializapan, por nacer en las cerca lías del entonces pueblo de Olizaba (Orizaba). Así puede esplicarse la etimología del nombre de Rio-Blanco, como también la de Ojo-Zarco, esto es, Ojo- Blanco. ( Véase el Apéndice).
  4. Tesmelaca, es, Temalacatl; Piedra que gira horizonlalmente. Tilapa, es, Tilapan, es decir, rio negro.
  5. Los de Borda, Guadalupe y la Alianza.
  6. Hé aquí el orígen del nombre que lleva hoy, según la tradicion: A fines del siglo anterior hubo en estas cercanías un famoso bandido, apellidado Gallardo. Varias veces se burló de las persecuciones de la justicia; pero al fin, vino á caer en manos de ella, y fué ahorcado. La cabeza del ajusticiado Gallardo, fué colocada, para público escarmiento, en una especie de nicho que existió á un lado del puente, que era muy frecuentado en aquella época. Desde entonces el pueblo, poco acostumbrado á esos espectáculos, dió al puente el nombre del ajusticiado, con el cual le conocemos hoy dia.