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Estudio sobre la corteza del quebracho blanco

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Anales de la Sociedad Científica Argentina (1878)
Estudio sobre la corteza del quebracho blanco de Tomás Perón
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ESTUDIO

SOBRE

LA CORTEZA DE QUEBRACHO BLANCO


ASPIDOSPERMA QUEBRACHO (APOCYTNEAE)

Tenia conocimiento, por lecturas anteriores, del empleo que los Misioneros Jesuitas habían hecho de la corteza del quebracho blanco, para combatir las fiebres periódicas, endémicas en ciertas localidades de Santiago del Estero, Tucuman, etc.

Los misioneros adquirieron, muy probablemente, este conocimiento de los mismos indígenas, en cuyas prácticas de medicina popular se halla aun hoy consagrado como antigua tradición.

Estos datos me hicieron suponer que debia existir en la mencionada corteza un principio activo, al cual debiera referirse la acción atribuida á ella. Con este motivo, procuré conseguir una cantidad de corteza, para hacerla objeto de algún ensayo, pero presentándose para ello dificultades que me fué imposible vencer, hube de postergar mi deseo hasta que la oficiosidad de un amigo (el Sr. D. Benito Martínez) me colocó en aptitud de satisfacerlo, procurándome como dos libras de corteza y poniéndome á la vez en relación con el Señor D. N. Echenique, antiguo morador de las Provincias del Norte, quien me ratificó los datos que tenia adquiridos, agregando otros que le eran personales, y que corroboraban la creencia generalmente esparcida en las Provincias sobre la virtud especial de dicha corteza para combatir los trastornos originados por el paludismo.

Aunque la cantidad de corteza de que podía disponer era escasa, me permitió, sin embargo, después de algunos ligeros ensayos, adquirir la seguridad de que realmente contenia un principio activo de naturaleza alcaloidea, y en el cual debia residir muy probablemente la virtud, y ser la causa de los efectos imputados á la corteza.

Prosiguiendo este estudio con la lentitud que mis ocupaciones diarias me permitían, he llegado á la convicción de que ha de prestar, en un tiempo no lejano, servicios á la terapéutica, pues á mas de su acción tónica especial, análoga en un todo á la de la corteza de quina, que he tenido ocasión de constatar en infinidad de casos, tiene especialmente su principio activo, administrado á, dosis alta, efectos por demas semejantes á los que desplega la quinina, en igualdad de condiciones, sobre el sistema nervioso.

Aunque entre nosotros las fiebres intermitentes no se presentan con la frecuencia ni el tipo especial con que se las puede observar en otras Provincias, no es rara, sin embargo, verlas desarrollarse afectando de preferencia el tipo remitente

Empleado el alcaloide en cuestión en distintas ocasiones y sugetos, he adquirido la creencia de que puede ser realmente este cuerpo un sucedáneo de la quinina.

Observaciones mas numerosas y prolijas decidirán luego la cuestión. Por lo pronto mi objeto primordial es hacer conocer que existe entre nosotros un tónico especial tan activo como la quina misma, que puede obtenerse á bajo precio y que en todas condiciones es muy superior á la mayor parte de los que en el comercio de las Farmacias se espenden como quinas y que no son otra cosa que cortezas inertes ó dañinas que se preparan en cantidad considerable para el comercio de detalle.

Este ha sido, como he dicho antes, el principal objeto de este trabajo, hecho sin pretensión alguna durante los cortos momentos de ocio que las diarias ocupaciones me han dejado y con el único propósito de indicar las ventajas que ofrecería la aplicación de. este cuerpo fácil de conseguir y que no al acaso y sin objeto ha sido favorecido por la naturaleza en su desarrollo con tanta lozanía y profusión en los puntos donde reinan las fiebres palúdicas. Admirable ejemplo de la justa compensación y recíproca dependencia en los fenómenos naturales, que una observación incompleta hace aparecer unas veces como desligados de toda relación lógica y otras como antagónicos.

PRINCIPIO ACTIVO DE LA CORTEZA DE QUEBRACHO BLANCO

El cuerpo á que se refiere este trabajo y al que, siguiendo el uso común llamaremos québrachina, es blanco, insoluble en el agua, inodoro y de un sabor excesivamente amargo. Calentado, funde antes de 100° C. y arde luego con facilidad sin dejar residuo.

El éter y el sulfuro de carbono lo disuelven, aunque con alguna dificultad, el alcohol y el cloroformólo hacen en todas proporciones; no así el éter de petróleo que rehúsa totalmente disolverlo.

Cristaliza con lentitud y dificultad en agujas sedosas en es tremo finas.

Forma sales perfectamente definidas con la mayor parte de los ácidos tanto orgánicos como inorgánicos, algunas de las cuales presentan ciertas particularidades; por ejemplo:—el ácido sulfúrico le comunica al disolverlo un tinte rojo vinoso que vá gradualmente disminuyendo al cabo de algunas horas hasta quedar en pardo claro ó amarillento. Sin embargo, el amoníaco lo precipita de esta disolución coloreada, completamente blanco.

Las sales formadas con los ácido clorhídrico, fosfórico acético, tartárico, cítrico y otros son solubles é incoloras. Por el contrario el ácido tánico forma un cuerpo insoluble.

Las reacciones principales y que permiten establecer su carácter químico son las siguientes:

Una gota de ácido nítrico vertida sobre una pequeña cantidad de este cuerpo origina una coloración violada rojiza en estremo intensa y persistente.

Con el cloruro de oro, la coloración es azul intensa.

Con el bicromato de potasio: rojo intenso violado.

Con el cromato neutro precipita; en caliente, en amarillo vivo.

Con el bicloruro de mercurio: blanco gelatinoso.

Con el cloruro platínico: amarillo claro.

Con el ferri-cianuro (en solución concentrada): blanco.

Con el sulfo-cianuro potásico: amarillo rojizo.

Con el ácido crómico: rojo intenso.

Con la solución de iodo en ioduro de potasio: rojo ladrillo.

Con el sulfuro de amonio: blanco.

Con la solución de ácido fosfo-molíbdico: blanco.

Con la solución de ácido pícrico: amarillo.

Como término médio de seis análisis orgánicos practicados con todas las precauciones que la ciencia aconseja para su mayor exactitud se ha obtenido el resultado centesimal siguiente:

 Carbono........................................................................................................................................................................................................
67.710
 Hidrógeno........................................................................................................................................................................................................
9.629
 Azoe........................................................................................................................................................................................................
8.246
 Oxígeno........................................................................................................................................................................................................
14.415


lo cual conduce á la fórmula empírica:

C6H10Az6O9

Conjuntamente con la sustancia, cuyos caracteres se acaban de referir, existe también en esta misma corteza de quebracho blanco una materia colorante amarillo-rojiza, soluble en parte en el alcohol y ácidos diluidos. Esta materia colorante que probablemente es un cuerpo complexo, juega con respecto al alcaloide el rol que el rojo de cinconina para la quinina: ambos se hallan en todos los preparados alcohólicos que pueden hacerse con la corteza de quebracho. El éter separa también en pequeña cantidad otro cuerpo amarillento de aspecto resinoídeo y en es tremo dicróico.

Calentada cierta cantidad del alcaloide con un exceso de hidrato potásico ó cal sódica, produce una proporción notable de amoníaco.

El potasio y el sódio, favorecidos igualmente por una alta temperatura, se convierten en contacto con él, en cianuro.

PREPARACION

Para preparar ó estraer este cuerpo se han seguido como se comprenderá varios métodos sugeridos por la analogía ó la inducción, pues no existiendo en la ciencia un procedimiento general aplicable á todos y cada uno de los vegetales, de los cuales se puede estraer un principio activo, se hace necesario proceder por tanteos, con los cuales se va adquiriendo conocimiento respecto al cuerpo que se busca y que permiten luego establecer el procedimiento racional y económico de la obtención.

El primer medio empleado consistía en someter á la ebullición el polvo de la corteza, en agua ligeramente acidulada con ácido sulfúrico ó clorhídrico, repitiendo los cocimientos hasta separar del polvo la totalidad de las sustancias solubles. Tratar luego á los líquidos filtrados por el acetato plúmbico básico, separar el exceso de plomo por una corriente de ácido sulfhídrico, filtrar y concentrar el líquido á sequedad, tratarlo por el alcohol, descolorar esta disolución por el carbón animal puro y reducido luego el líquido librarlo á la cristalización, la cual se efectúa al cabo de algunos dias con estreñía dificultad, dando ínfimas cantidades del cuerpo en cuestión.

Este procedimiento á mas de ser en estremo largo, presenta una infinidad de inconvenientes que seria es tenso enumerar, siendo el mas grave la exigua proporción del cuerpo estraido y que no guarda relación con el que en realidad contiene la corteza: puede juzgarse esto sabiendo que de dos libras próximamente de esta se obtuvieron apenas seis ú ocho granos de alcaloide al estado cristalino.

El segundo medio que á la vez marca un paso mas en el sentido de la verdadera y mas fácil obtención de este cuerpo se reduce á tratar por una lechada de cal á los líquidos resultantes del cocimiento practicado como indiqué antes, evaporando luego á sequedad para tratar el residuo por el alcohol absoluto, descolorar este por el carbón y separar el alcohol por destilación. El residuo tratado con agua acidulada con el ácido sulfúrico da una sal de la que se puede precipitar el alcaloide por medio del amoniaco.

Este procedimiento, aunque procura una cantidad mucho mayor de alcaloide, sus condiciones de pureza dejan mucho que desear, pues el alcohol á la vez que disuelve el principio activo disuelve también la materia colorante roja que la corteza contenia y que por el cocimiento pasó al agua, siendo luego en estremo difícil separar una de otra.

Por fin, el que voy á indicar y que en gran parte se debe al ayudante del curso de química Sr. D. OscarEnoblauch quien me ha acompañado con su consagración y sus luces en estos estudios, es el siguiente:

Después de obtenida la decocción acídula como en los casos anteriores, se colocan los líquidos reunidos en vasos de precipitar y se tratan hasta neutralidad por una disolución de hidrato ó carbonato al calino (en caliente). Se produce un abundante precipitado de un color gris parduzco que no tarda en depositarse, después de lo cual se separa por medio de un sifón del líquido que sobrenada y se deseca á á baño de maría.

Desecado y en polvo se trata por un exceso de éter hirviendo, se destila este, se recoje el residuo, el que tratado por agua acidulada y precipitado por un álcali, dá el alcaloide completamente blanco. Recojido el precipitado trátase por una nueva porción de agua acidulada, vuelto á precipitar y lavar de nuevo da al cabo de algunas operaciones, el cuerpo, en estado de pureza bastante satisfactoria. Aunque el éter simple disuelve en proporción escasa este cuerpo, es sin embargo conveniente su uso por cuanto no se apodera de las materias colorantes y permite obtener el alcaloide completamente aislado.

APLICACION

Mientras no fué posible conseguir la cantidad suficiente de alcaloide para poder aplicarlo en los casos en que lo creia indicado, he hecho uso de la corteza misma de quebracho blanco bajo las distintas formas de preparación farmacéuticas mas comunes como tintura, infusión, cocimiento, vino, etc. Es después de haber usado en infinidad de casos estas preparaciones que he podido adquirir certidumbre de que en pequeñas dósis es un verdadero tónico neurosténico.

Su acción principal se hace sentir sobre el aparato digestivo, elevando y sosteniendo la energía funcional manifiesta por la restitución del apetito y la disminución gradual de todos los trastornos ligados y consecutivos á las digestiones laboriosas y demas fenómenos reflejos que le son correlativos.

Al esterior sus efectos me han parecido también, muy manifiestos con especialidad durante su empleo en fomentaciones en las úlceras atónicas y heridas con carácter asténico á los que modifica bien pronto en su aspecto y condiciones, impidiendo la fermentación de las secreciones naturales al período de reparación de los tejidos.

En las gengivitis y estomatitis ligadas, con carácter de cronicidad dependientes de la anemia, sus efectos pueden equipararse á los obtenidos en circunstancias análogas con la mejor preparación de quina. Todos estos efectos podrán en la opinión de algunos, parecer de una importancia secundaria tanto mas cuanto que el número de sustancias de las cuales pueden obtenerse efectos semejantes no es escaso.

Reputo, sin embargo, estos conceptos de escasos fundamentos, pues todo el que ha tenido ocasión de emplear los tónicos que actúan de preferencia sobre el sistema nervioso, ha podido observar los inconvenientes de su aplicación general, dependiendo de ordinario sus buenos efectos de la elección del agente y de las condiciones individuales del sujeto, razón por la cual Graves aconseja emplear varios reunidos, esperando obtener asi en sus efectos una acción mediana mas general.

La quina goza sobre las demas sustancias clasificadas como tónicas la ventaja de una acción mas general, á la vez que¡la persistencia de sus efectos es también mayor.

A esta última categoría corresponden los fenómenos que el empleo de la corteza de quebracho blanco despierta.

En este caso también, como en la corteza de quina, los efectos se deben al principio activo, unido al cuerpo astringente y coloreado que conjuntamente existen en la corteza del quebracho, principios que reunidos se hallan en la mayor parte de las preparaciones farmacéuticas de que puede dicha corteza ser objeto.

Si de las dósis reducidas pasamos á otra de mayor poder empleando en este caso tan solo el alcaloide puro, las relaciones de analogía observadas para con la corteza de quina, en el caso anterior, continúan en este para con la quinina, manifestándose entonces el paralelo con una correspondencia sino mayor á lo menos igualmente estrecha.

En efecto, seis gramos del mencionado alcaloide, llevados en una sola dósis al aparato digestivo producen después de un corto lapso de tiempo cierta sensación de languidez pasagera, localizada en el estómago, que no tarda en dar lugar á una especie de embotamiento del cerebro seguido muy luego de murmullos confusos y disminución de la sensibilidad del órgano del oido.

El pulso disminuye de volúmen y frecuencia, y la temperatura desciende.

Con esta base de observación recojida sobre mí mismo, y aprovechando cuanta oportunidad las circunstancias me presentaban, no he perdido la ocasión de aplicarlo, comenzando con dósis de seis gramos y llegando hasta quince de una sola vez.

Varios casos en los que no cabia duda respecto al origen palúdico, la aplicación de este cuerpo me ha procurado efectos y resultados completamente iguales á los obtetenidos otras veces con la quinina.

Conservo varias observaciones á este respecto que juzgo inútil agregar á este trabajo, pues para ello tendria que salvar los límites de concisión y generalidad que me he propuesto por ahora.

No solo he aplicado con éxito completo el alcaloide sinó también el polvo, procediendo con este último como se procedia antes con el polvo de la corteza de quina, y sus resultados han sido igualmente los que se podrian esperar de este último cuerpo.

En un caso de fiebre vesperal intermitente, que, como se sabe, es casi siempre sintomática, he visto cesar la periodicidad durante la administración del alcalóide para reaparecer dos dias después de haber suspendido su administración, como era natural que ocurriera, pues la causa productiva de esos fenómenos persistia.

He de continuar el estudio de este cuerpo aprovechando las oportunidades que las circunstancias me presenten para emplearlo y completar ó ampliar mas tarde el conocimiento de sus propiedades. Mientras esto se realiza he creido deber publicar estos apuntes con el solo propósito, como he dicho ya, de hacer presente que existe en nuestro territorio una verdadera quina que permite por la facilidad de obtenerla espenderse á bajo precio, y que es por todos conceptos infinitamente superior, en la mayoría de los casos á la que con generalidad se espende en las farmacias y droguerías como quina y la que no tiene por lo general de esta corteza tan preciosa sinó el nombre.

Debo prevenir al terminar, que cuanto he dicho se refiere esclusivamente al quebracho blanco y de ninguna manera es aplicable al quebracho colorado, pues ambos vejetales ademas de pertenecer á familias completamente distintas, no tienen de común, por lo que he podido observar, en su constitución ni en sus propiedades mas que el nombre.

Tomás Peron.