Fábulas en verso castellano/XXXVI
Apariencia
Al buen Esopo díjole un borrico: Por quien soy te suplico, si en algún cuentecillo me introduces, que pongas, como debes, en mi labio singular discreción, lenguaje sabio. Esopo respondió: Yo bien podría fingirte bestia de talento y luces; pero al ver el solemne desatino todo el mundo a una voz nos llamaría, el filósofo a ti, y a mí el pollino. Es alabar a un necio locura digna de común desprecio.