FSB esclarece posiciones (1987) Parte III: Polìtica internacional

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D. La política internacional.

La política internacional, al igual que las otras actividades del país, está severamente afectada por la intromisión foránea.

La política continental, como todos saben, incluso nuestros mediocres internacionalistas, está manejada en servicio de los intereses británico-americanos. Los retenes de vigilancia de la interconexión de los océanos Atlántico y Pacífico en el canal de Beagle y en el paso Drake, están situados en las Malvinas, a cargo de los ingleses en el Atlántico austral; y en la isla de Pascua en el Pacífico sud, a cargo de los americanos; donde se encuentran las bases australes de la Guerra de las Galaxias.

La ínsula chilena que siempre fue un protectorado británico desde la independencia; al presente, es la cabecera de playa de los ingleses en el océano Pacífico; donde la importancia histórica de los mares ha llegado desde el mediterráneo, pasando por el Atlántico; y ahora, las grandes potencias que deseen mantener su vigencia histórica tienen que estar presentes en el Pacífico.

La política de poderes de la era nuclear, dirigida en el mundo principalmente por los americanos, no puede permitir el surgimiento de nuevas potencias que hablen el lenguaje atómico; sobre todo en el área de sus dominios continentales; por eso tienen encadenados a los militares argentinos, que quisieron hacer el papel de modernos prometeos, tocando el fuego sagrado nuclear en los reactores de Atucha y entregando sus beneficios a la humanidad en los reactores de Angra dos Reis. Lógicamente, cundió la alarma imperial por el alzamiento científico de los sudamericanos; por lo que se vieron obligados a democratizar a estos últimos para mantener el estancamiento de su desarrollo tecnológico; poniendo especial énfasis en el área geoestratégica, para este objeto, que es Bolivia. Cuanto más atrasada esté Bolivia será más difícil la integración bioceánica de los países del cono sud; y, por tanto, su expansión comercial estará restringida; restringiendo al mismo tiempo su crecimiento industrial, que evitará la acumulación de excedentes de producción, indispensables para cubrir los impresionantes gastos que demanda el desarrollo nuclear.

Aclarada esta obvia premisa, conocida por todos los científicos sociales, la política internacional del país se debe analizar cuando menos desde los siguientes componentes puntuales y correlativos:

1. El narcotráfico.

2. El despliegue de las tropas americanas en territorio boliviano.

3. Las negociaciones secretas con Chile.

El narcotráfico siempre ha recibido el mayor estímulo de los americanos desde el año 1952, con el soporte económico que daban a los gobiernos más directamente vinculados con esta actividad ilícita. La Ley 480, que nos provee gratuitamente gran parte del trigo que consumimos, obligó a los campesinos que antes se dedicaban a este cultivo, a dedicarse al cultivo de la coca, de gran rentabilidad y mercado firme; dando un notable auge a la producción de la droga prohibida, cuya exportación crea una imagen obscura de la República de Bolivia; bloqueando el flujo de las grandes inversiones que podrían llegar para el desarrollo de las inmensas reservas de recursos naturales que poseemos; lo que sería contradictorio con la política continental.

Si realmente quisieran combatir el narcotráfico, sería suficiente que los americanos entreguen anualmente 300 millones de dólares a las Fuerzas Armadas de Bolivia para que modernicen sus equipos fluviales, de aire y tierra; para conformar una red impenetrable que paralizaría totalmente los movimientos del narcotráfico; pero entonces Bolivia alcanzaría una notable respetabilidad internacional, convirtiéndose en un centro de atracción de capitales; totalmente en desacuerdo con la política continental.

En Bolivia funcionan varias entidades apoyadas económicamente por los yanquis, vigilando las manifestaciones de desarrollo de los recursos naturales; como el Servicio Geológico de Bolivia; el fondo de prospección Minera; el Instituto de Pre inversión; con cuyo apoyo, el Servicio geológico Británico hizo los estudios del precámbrico en el oriente boliviano, habiendo identificado importantes yacimientos de minerales estratégicos en la frontera con el Brasil.

El despliegue de las tropas americanas en territorio boliviano, con admirable sencillez, mediante tropas y equipos aerotransportados en los “Galaxy” al aeropuerto internacional de Santa cruz, desde donde pueden dislocarse hacia los lugares que mejor le convenga, utilizando sus helicópteros artillados, equipados con misiles teledirigidos; tiene numerosas connotaciones, y entre ellas, la de advertir al Brasil que este no es un espacio desocupado y libre. ¿Qué podría importarles a los americanos si los militares bolivianos saben o no manejar una escopeta, para que gasten sus esfuerzos y atención realizando demostraciones de alta tecnología bélica y precisión operativa, si no fuera en cumplimiento de las directivas de la política continental? Pero en esta situación, todos los bolivianos, junto con sus Fuerzas Armadas, mientras no exista una voluntad política integrada en el bloque de las naciones afectadas, no somos otra cosa que mudos espectadores colocados a la vera de los acontecimientos históricos.

En un marco de sometimiento como el descrito, ningún país tiene capacidad negociadora internacional. Si alguna vez se sientan en la mesa de las negociaciones, es porque la voz del amo oculto así se los ordena. Por eso, cuando se anunció la reunión de los cancilleres de Bolivia y Chile en Montevideo, el instinto popular supo que la alquimia secreta de la diplomacia sometida, hablaría de las vacas perdidas y de la mediterraneidad de Bolivia; cuando en realidad podrían estar acordando la forma de la explotación de recursos estratégicos destinados al uso de los poderes centrales.

Mientras el gobierno no de una explicación veraz y convincente a la población sobre la política internacional que maneja, el pueblo no tiene por qué prestarle el menor apoyo; por mucho que se le de el disfraz que más conmueve el sentimiento nacional, que es la solución del enclaustramiento geográfico de Bolivia.

Felizmente, la República de Bolivia es un territorio que goza de la mayor disponibilidad de recursos naturales, en base a los cuales Falange Socialista Boliviana ha preparado el Proyecto Nacional que servirá de base de arranque al Nuevo Estado Boliviano; para alcanzar las aspiraciones de grandeza histórica formulada y anhelada por la población en todas las etapas de su lucha por la liberación nacional.

DIRIGENTES NACIONALES DE FALANGE SOCIALISTA BOLIVIANA

Guillermo Koening V., fundador de FSB, Jefe honorario y vitalicio en funciones de jefatura; Hugo Arias B., fundador de FSB, Jefe honorario y vitalicio en funciones de jefatura; Hernán Ardaya Paz, Presidente electo del Tribunal de Honor; Héctor Peredo P.; Raúl Portugal M.; Víctor Sierra M.; Alberto Ríos L.; Humberto Frías B.; Rafael Segales; Luis Ramírez M.; Jorge Alvéstegui; Napoleón Núñez del Prado; Eduardo Parra; Manuel Aquise; Enrique Urquidi; Carlos Quintana.

Fuente: Periódico “HOY”, 12 de junio de 1987, La Paz.