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Historia III:Establecimientos de los portugueses

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En lo sucesivo salió todos los años de Portugal una expedición para la India, de modo que llegara en la estación del viento Sudoeste.

La primera fué arrastrada en el Atlántico por las corrientes, y llegó, sin quererlo, a una costa desconocida que se tomó por una isla. El jefe de la expedición, Alvarez Cabral, tomó posesión de ella en nombre del rey de Portugal (1500). Como el país no producía nada que pudiera venderse, los portugueses tardaron mucho en establecerse en él. Iban a cortar árboles tintoreos y llamaron al país Brasil (madera encarnada). Más tarde plantaron caña de azúcar, y el Brasil llegó a ser la colonia más grande de Portugal.

Los portugueses querían tener la exclusiva del comercio de la India. Enviaron barcos de guerra armados con cañones para expulsar a los árabes. Los navíos árabes, no tan bien armados, mucho menos veloces, con velas malas de esterilla, maniobraban con más lentitud y no podían librarse de los portugueses.

Una expedición, mandada por Vasco de Gama, salió el año 1502 para dar caza a los navíos árabes. Capturó un barco de peregrinos musulmanes que iban a la Meca. Vasco de Gamma se apoderó de las mercancías y mandó prender fuego al barco con todos los pasajeros, las mujeres y los niños. Llegó ante Calicut e intimó al príncipe para que expulsase a todos los árabes, a lo que el soberano se negó. Vasco de Gama ordenó apoderarse de los pescadores indios que regresaban con sus barcos y los mandó colgar de las vergas de sus naves. Por la tarde mandó que les cortaran cabezas, manos y pies, y con una barca envió despojos y una carta al príncipe llena de injurias. Luego bombardeó la ciudad. Volvió a Portugal con un cargamento tan enorme de especias que la pimienta bajó en Europa a la mitad de lo que valía. El rey de Portugal se reservó todas las perlas, las piedras preciosas, el oro y la mitad de las especias.

Los portugueses no tuvieron al principio en los puertos de la India más que un almacén que regentaban unos cuantos empleados llamados factores, y a los almacenes iban todos los años los barcos en busca de las mercancías. Pero, cuando los barcos se marchaban, los empleados quedaban indefensos, y se dió varias veces el caso de que el príncipe de Calicut intentase degollarlos. El año 1505, el rey de Portugal envió 1.500 hombres en 29 naves, la mitad de los cuales solamente había de volver, y la otra, quedó en la India a las órdenes de un virrey para defender los almacenes. Los portugueses empezaron a levantar fortalezas en las costas de la India. Entonces ya no permitieron el acceso al país más que a los barcos provistos de autorización, y no dejaron navegar por aquellos mares más que a los portugueses. El rey de Portugal tomó el título de "Señor de la navegación y del comercio con Etiopía, Arabia, Persia y la India". No volvió a presentarse en la India ningún navío árabe.

El segundo virrey de la India, Alburquerque, adoptó un nuevo sistema. "Dominación fundamentada solamente en una flota, decía, no puede durar". Trató de conquistar los puntos más importantes de las costas y de fundar en ellos poblaciones capaces de defenderse. Apoderóse primero, al Norte de la India, de Goa, en una isla fácil de defender, y allí se defendió, a pesar de sus oficiales que querían retirarse. Luego fundó arsenales y astilleros, juntó una flota de 50 navíos, e hizo de Goa la capital del gobierno. En la punta de la Indo-China se apoderó por sorpresa de Malaca, que dominaba el estrecho por donde pasaban entonces todas las especias, y levantó una fortaleza en dicho lugar. Al otro extremo del océano Indico, en el golfo Pérsico, se hizo dueño de la ciudad árabe llamada Ormuz, a la entrada de la ruta de Persia (1515).

Los portugueses se establecieron en la costa de Ceylán; donde se encontraba canela y marfil, y fundaron varias ciudades fortificadas.

Desde Malaca enviaron expediciones a las islas Molucas para buscar clavo, y levantaron una fortaleza en Ternate (1522).

Fueron a comerciar a la China y obtuvieron licencia para establecerse en la islita de Macao.

Los establecimientos de los portugueses no eran más que una línea de plazas fuertes aisladas y diseminadas en las costas del océano Índico desde el Sur de África hasta la extremidad de las islas de la Sonda. Pero esto bastaba para hacerles dueño del comercio de la India. Todas las especias llegaban en barcos portugueses a Lisboa, a donde los europeos de todos los países iban a recogerlas.