Historia IX:La Fronda de los príncipes
El príncipe de Condé, orgulloso de su victorias, aparentaba ser dueño del gobierno, y reclamaba todos los puestos para sus amigos, burlándose de Mazarino y hasta de la misma reina. Sus amigos le imitaban. Eran llamados los Pequeños amos.
Mazarino y la reina decidieron, por último, desembarazarse de Condé, el cual fue preso y encerrado en el castillo de Vincennes (enero de 1650). Pero Burdeos, de donde Condé era gobernador, se sublevó. Turena, con un ejército español, entró en la Champaña. Empezó una segunda guerra, que se denominó Fronda de los príncipes.
Mazarino fué sostenido por los antiguos fondistas de París, enemigos de Condé. Trajo un ejército, sitió Burdeos y la hizo capitular. Luego rechazó a los españoles. Pero al cabo de un año de guerra, como no había cumplido sus promesas, los de la Fronda de París se entendieron con Condé y obligaron a la reina a dejarle libre. Mazarino salió de Francia, el Parlamento le desterró del reino (febrero de 1651).
Las dos Frondas no tardaron en indisponerse. Condé se fué a la Guyena, de donde era gobernador, y se entendió con España, todavía en guerra con Francia. Ana le hizo declarar rebelde y traidor. Luis XIV era mayor de edad. Mazarino volvió a Francia con un pequeño ejército alistado a sus expensas. Turena, que se había pasado al partido de la Corte, tomó el mando de él y, llevando consigo a la reina y al joven rey, fué a maniobrar contra los soldados de Condé por la parte de Orleans.
De pronto Condé, al cual se creía aún en el Mediodía, atravesó Francia, fué a tomar el mando de su ejército y estuvo a punto de apoderarse de la Corte y de Mazarino.
Los dos ejércitos volvieron entonces sobre París. Al mismo tiempo, otro ejército al servicio del rey llegó de la Lorena. Condé, atacado a un tiempo por los dos ejércitos, se atrincheró en el arrabal Saint-Antoine. Los parisienses se negaron a abrirle las puertas de la ciudad, su ejército iba a ser aplastado ante los muros de la capital. Entonces la Grande Mademoiselle, hija del duque de Orleans, fué al Palacio municipal. Reunió al pueblo, irritado contra Mazarino. Luego, cruzando el barrio de Saint-Antoine, lleno de heridos, fué a la Bastilla y mandó apuntar los cañones contra el ejército real que llegaba. Se abrió la puerta Saint-Antoine, el ejército de Condé entró y fué salvado.
Los parisienses estaban divididos en dos bandos. Los enemigos de Mazarino, que llevaban en el sombrero un ramo de paja para reconocerse, atacaron el Palacio municipal. Cogieron de la orilla del Sena madera que habían descargado las barcas, la llevaron ante las puertas y la prendieron fuego. Luego degollaron a unos cincuenta hombres sospechosos de ser «Mazarino» (partidarios del Cardenal).
Aquella matanza irritó a los parisienses contra Condé, y enviaron a suplicar a la reina y al rey que regresaron a su ciudad. Para facilitar la reconciliación, Mazarino salió por segunda vez de Francia. Luis XIV entró en París, atravesando a caballo por entre una muchedumbre enorme que lanzaba gritos de alegría. La rebelión había terminado (1652). El rey concedió una amnistía, pero expulsó de la Corte a todos los príncipes que habían dirigido la Fronda.
Condé solo continúo la guerra, pero ya no tenía tropas. Salió de Francia y fué a ponerse al servicio del rey de España, en el ejército español de los Países Bajos.