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Historia V:El calvinismo en Francia

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Capítulo 5 – La crisis religiosa en el siglo XVI
El calvinismo en Francia

de Charles Seignobos


Era el calvinismo la forma francesa del protestantismo, el francés era su lengua. Se extendió en Francia mucho más deprisa que el luteranismo. Los que le predicaban fueron en un principio sacerdotes y frailes franceses, descontentos de los abusos de la Iglesia. Luego Calvino envió de Suiza pastores para fundar iglesias reformadas en Francia. Entraban ocultamente por Lyon, o por la Champaña. Tenían reuniones secretas en los arrabales apartados o en las bodegas de las casas. Predicaban contra los abusos del clero. El Concilio de Trento se había disuelto sin terminar las cuestiones y se empezaba a desesperar de ver a la Iglesia reformarse ella misma. Se constituyeron grupos de calvinistas en muchas ciudades de Francia.

El Parlamento de París (1547) creó un tribunal especial, la Cámara ardiente, para juzgar a los herejes. En dos años dictó 500 sentencias. El rey, por un edicto general, ordenó a los tribunales que persiguieran a todos los individuos sospechosos de herejía. El que no los denunciase podía ser condenado como hereje. El denunciante percibía un tercio de los bienes del que hacía condenar. Estaba prohibido a los iletrados hablar de ninguna cuestión religiosa, -prohibido, bajo pena de muerte, introducir libros de los países heréticos, o imprimir o leer un libro prohibido por la autoridad eclesiástica (1551).

Los protestantes detenidos eran tratados como criminales. Todo el que resultaba convicto de haber pronunciado palabras heréticas o de haber asistido a una reunión de este carácter, era condenado a hacer honrosa enmienda, es decir, a pedir públicamente perdón, y, si se negaba, era condenado a perecer en la hoguera.

Durante la guerra con España (1555-57), los calvinistas llegaron a ser mucho más numerosos. Varios grandes señores eran favorables a la Reforma. Los calvinistas se atrevieron entonces a cantar salmos en París, en el paseo del Pré-aux-Clercs. En el Parlamento de París varios jueces se negaron a condenar a muerte a los herejes.

En varias ciudades de Francia los calvinistas tenían ya su pequeña iglesia y su pastor. Los delegados de aquellas iglesias tuvieron en París (mayo de 1559) una reunión secreta que duró tres días. En ella se organizó la Iglesia de Francia como lo estaba la de Ginebra.

Enrique II, inquieto por los progresos del calvinismo, hizo la paz con España para dedicarse al exterminio de la herejía. Decía: "Purgaré de ella mi reino". Fué personalmente al Parlamento y mandó prender a los jueces que no querían condenar a los herejes. Calvino escribió: "Parece que todo debe haberse perdido". Pero en una fiesta matrimonial, el rey, que justaba en un torneo, fué herido por una astilla de lanza en un ojo y murió de resultas.