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Historia VI:Los Países Bajos

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Capítulo 6 – Política de Felipe II
Los Países Bajos

de Charles Seignobos


Se llamaba entones Países Bajos a un grupo de diecisiete provincias pertenecientes todas al rey de España. Era un país llano a orillas del mar del Norte, que hoy constituye la Bélgica, Holanda y el norte de Francia. -La parte que toca al mar era la más poblada y rica. Los pueblos que la habitan, flamencos y holandeses, hablan un idioma parecido al alemán (hay muy poca diferencia entre el flamenco y el holandés).- La parte sur estaba habitada por los valones, que hablaban francés.

El país flamenco era entonces uno de los más ricos de Europa. Amberes era el gran puerto comercial a donde iba a recoger los productos de América y de las Indias; Bruselas, la capital del Brabante, tenía fábricas de paños y de tapices, ya célebres. Los flamencos vivían con gran desahogo, vestían lindos trajes de lana y seda, tenían fama de comer y beber mucho. Eran un pueblo instruido para la época, había escuelas en la mayor parte de las aldeas y se compraban muchos libros.

Cada provincia tenía su administración y su gobernador nombrado por el rey; comúnmente un señor del país. Para el conjunto de los Países Bajos se había creado un Consejo y un gobernador, con residencia en Bruselas.

Felipe II había nombrado gobernadora de los Países Bajos a su hermana Margarita de Parma, mujer muy alta y bigotuda, con voz de hombre y maneras bruscas, bastante querida porque su madre había nacido en el país. Felipe le había dado como principal ministro a un natural del Franco-Condado, Granvela al que había hecho arzobispo de Malinas. Era hombre hábil, que sabía siete lenguas y trabajaba mucho.

Los señores del consejo eran gentes del país. El más conocido, el conde de Egmont, era un cortesano elegante y notable capitán que se había distinguido en la guerra de Francia.

Los señores desconfiaban de Granvela porque era extranjero, y acabaron por enviar a Felipe una petición para que le relevara, Felipe, a la sazón ocupado en guerra con los musulmanes de África, no se atrevió a manifestarse claramente por temor a una sublevación y permaneció seis meses sin dar respuesta. Su hermana le rogó que fuera a los Países Bajos, pero Felipe temía el mareo y no quiso salir de España embarcado. Por último, Margarita se indispuso con Granvela y Felipe le mandó llamar, pero dejando a sus partidarios en el gobierno.