La Aurora (Polo de Medina)

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 A comenzar el día,
 pronóstico del sol, naces, Aurora,
 de su venida bella embajadora,
 que a decirla te envía,
 y en montes la pregonas con reflejos,
 remendando a pedazos los más lejos;
 procurando que el prado
 prevenga al colorín, pensil alado,
 chirimía de pluma de la selva,
 las bugetas de olores
 que duermen yerbas y recuerdan flores;
 al músico arroyuelo sonoroso,
 del puro hacer gargantas espumoso,
 que cantando y volando se dilata,
 músico de cristal, ave de plata;
 y, al punto, el sol renuncia el horizonte
 porque se iguale el llano con el monte,
 y extiende, por teñir la negra sombra,
 alcatifas de luz, bordada alfombra.