La Divina Comedia (traducción de Manuel Aranda y Sanjuán)/Biografía de Dante
Dante nació en el año 1265, poco despues del regreso á Florencia de los güelfos, que habian permanecido en el destierro á consecuencia de la derrota de Monteaperto. Educado esmeradamente en su infancia, demostró desde luego un grande ingenio, apto y dispuesto á todo y para todo. Perdió, joven aun, á su padre Aldighiero degli Elisei; pero, á pesar de ello, merced á los cuidados de sus parientes y de Brunetto Latini, su maestro, pudo consagrarse á toda clase de estudios, y especialmente á los literarios, sin omitir medio alguno para llegar á ser con el tiempo un hombre notable é ilustre.
No por esto se privó Dante de las distracciones que ofrecia el mundo, sino que rozándose con otros jóvenes de su edad, se acostumbró también á toda clase de ejercicios varoniles: así es que en la memorable batalla de Campaldino, ganada á los gibelinos de Arezzo, en 1289, combatió valerosamente á caballo, siempre en las primeras filas y despreciando el peligro; y dos años después, concurrió á la toma de Caprona, contra los pisanos. Habiendo regresado á su casa después de estas campañas, se entregó á los estudios con más afán que nunca. Joven aun, se casó con una noble dama de la familia de los Donati, llamada Madonna Gemma, de la cual tuvo muchos hijos, si bien es verdad que desde sus más tiernos años estaba enamorado perdidamente de Beatriz, hija de Fulco de Portinari; pero habiendo esta muerto en lo más florido de su edad, dejó á Dante sumido en tan acerbo dolor, que mientras vivió no le fué posible olvidarse de su primer amor: así es que, para perpetuar su memoria, hizo figurar á Beatriz en su grande obra.
Entre tanto empezó á desempeñar algunos cargos públicos, y cuando contaba treinta y cinco años fué uno de los priores ó magistrados supremos de Florencia, nombrado para este cargo no por suerte, como se usó despues, sino por eleccion. De este nombramiento tuvo origen su destierro y todas las adversidades que le sucedieron en el transcurso de su vida, según él mismo lo manifiesta en una de sus cartas. Habiéndose introducido la discordia entre los gibelinos, y dividida Florencia en dos nuevos partidos, uno el de los Negros, que quería abrir las puertas de la ciudad á Carlos de Valois, y otro el de los Blancos, que se oponían abiertamente á ello, concluyeron por venir á las manos; y Dante, partidario de estos últimos, fué desterrado de su patria, condenado y confiscados sus bienes, á tiempo que se hallaba en Roma con una mision especial cerca del Papa.
Salió de dicha capital cuando tuvo noticia de su ruina, llegando á Siena, donde supo con más certeza su desgracia; y no viendo medio alguno de anular la sentencia, se reunió con otros desterrados, estableciéndose por entonces en Arezzo: allí se pusieron éstos á las órdenes del conde Alejandro de Romena; nombraron doce consejeros, entre los cuales figuró Dante, prolongando sus esperanzas hasta el año 1304, en cuya época se dirigieron á Florencia, engrosados con los innumerables compañeros que de Bolonia y de Pistoya habían acudido á reunírseles, y llegando de improviso, se apoderaron de una de las puertas de la ciudad; pero tuvieron por último que retirarse sin haber alcanzado fruto alguno de su expedicion.
Despues de ella, aun consagró Dante algunos años de su vida á conseguir la condonacion de su sentencia, para poder volver á su país natal; pero viendo cada día más distante la esperanza de alcanzarla, pasó á París, donde se dedicó al estudio de la teología y la filosofía, del que le apartaron los cambios políticos ocurridos en el Imperio, creyendo sacar de ellos algún fruto para el logro de sus deseos; pero fallida nuevamente su esperanza, anduvo errante de ciudad en ciudad, luchando con la miseria, hasta que por último se fijó en Rávena, donde tuvo una buena acogida por parte de Guido Novello de Polenta, señor de aquella ciudad, el cual, con su proteccion y donativos, rehizo su abatido ánimo, teniéndolo á su lado por espacio de muchos años.
Murió Dante el 14 de Setiembre de 1321, con gran dolor del mencionado Guido y de todos los ciudadanos de Rávena, después de haber recibido humildemente y con verdadera devocion todos los sacramentos. El cuerpo de Dante fué llevado en hombros de los más notables ciudadanos al convento de los Hermanos Menores, y colocado con gran pompa en un sepulcro de piedra.
Fué el insigne poeta hombre comedido, de mediana estatura, agradable aspecto y lleno de gravedad. Su color era moreno, sus cabellos y barba esposos, negros y rizados, y su semblante melancólico y pensativo. Hablaba poco y lentamente; pero en sus respuestas demostraba mucha sutileza é ingenio. Dedicóse tambien por distraccion á la música; dibujaba además y escribía con hermosa letra. En sus verdes años se reunió con jóvenes enamorados , y él mismo se entregó al amor, no por liviandad, sino impulsado por su genio poético, habiendo empezado desde su más tierna edad á escribir versos amorosos.
Su principal estadio fué el de la poesía, no estéril, pobre ni fantástica, sino fecunda, rica y llena de verdadera ciencia, habiendo sobrepujado en esto á cuantos antes que él habian escrito en verso. Su Comedia es verdaderamente maravillosa, y merece el título de Divina, por la lata gravedad de la materia, por lo grandioso de su prudente estilo, por la variedad y admirable erudicion y conocimientos que en ella se encuentran. Dante empezó su obra maestra antes de su destierro, y la concluyó en él, según se desprende de algunos conceptos de la misma.
Este extraordinario poema, que es una de las producciones más sublimes del ingenio humano, si bien una de las obras más oscuras, á causa principalmente de las muchas alusiones de que está llena, es el primero que se escribió en lengua italiana, pues hasta entonces no se habia usado más que el latin. Excitó una admiracion universal, y en muchas ciudades se establecieron cátedras para explicarlo, siendo Boccacio el primero que desempeñó la que se abrió en Florencia con dicho objeto.
También escribió Dante canciones morales y sonetos. Las primeras son perfectas, pulidas y agradables, y llenas de sentenciosos pensamientos; pero en los segundos no fué tan notable. Con el titulo de la Vida Nueva, hizo un libro precioso, en el que refirió sus tiernos amores y las impresiones de sus primeros años. Por último, compuso en prosa latina dos tratados, De vulgari Elocuentia, y De Monarquia universali, (obra en que se muestra favorable al Imperio, y que fué condenada en Roma), y además hizo otras composiciones en verso en el mismo idioma, tales como églogas, etc.; pero disgustado de su estilo, abandonó este genero.