La emancipada: Apéndice
Apariencia
El cura que había causado la perdición de esa mujer, cuando supo su muerte subió al púlpito y platicó patéticamente sobre las desgracias que traen consigo la desobediencia a los padres, el desacato al sacerdote y el irrespeto a los jueces. Don Pedro volvió a su tema de atribuir la muerte de su hija a las modernas instituciones. Don Anselmo se vistió de gala el día que le fue dada la noticia de su viudez. El presbítero Eduardo aún conserva respetuosamente las dolientes memorias de esa víctima. El estudiante no ha perdido de vista lo horrible del espectáculo que tuvo delante de sus ojos y ha apuntado sus recuerdos veinte y dos años después de los sucesos.