La flor de los recuerdos (México): 02

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II

INTRODUCCIÓN Y PROSPECTO[editar]

I[editar]

La flor de mis recuerdos se da de una semilla
Que en el jardin del alma me puso el Criador:
El corazon es su árbol: su flor es muy sencilla,
Mas brota en ramilletes de inestinguible olor.
De este árbol misterioso las ramas y raíces
Se estienden del terreno del alma en derredor,
Fecundizando, ricos de aromas y matices,
Racimos de capullos de la viviente flor.

Sus ramas no dan hojas, producen solo flores;
Botones inodoros en la niñez gentil,
Se abrieron en capullos de espléndidos colores
Cuando empezó á nutrirlos la sávia juvenil.
Cargado de follage y henchido de fragancia,
Desarrollóse el árbol en plenitud viril,
Y al fin reventó, fruto de su mejor sustancia,
La flor de mis amores entre sus flores mil.

La flor de mis recuerdos, eterna siempreviva,
Florece en todo clima, terreno y estacion:
Ni el tiempo la deshoja, ni el viento la derriba:
Sus tallos no perecen, pues como el alma son.
sus pétalos fragantes contienen una esencia,
La cual, siendo del árbol producto y nutricion,
Cuando del árbol caë, le da nueva existencia;
Pues siempre de recuerdos se nutre el corazon.

El genio del poeta bajo su sombra nace;
Crisálida adherida á la corteza de él,
Se torna mariposa que de sus flores se hace
La revoltosa amiga, la compañera fiel.
Más tarde entre sus ramas su forma y alas deja,
Como su pluma el fénix, como el reptil su piel,
Y tórnase versátil y luminosa abeja
que entre sus flores labra su deliciosa miel.

Entonces afanada, prolífica, sonora,
Constante susurrando trabaja su panal,
Y en cada flor que liba, la esencia que atesora
Convierte en una gota de bálsamo vital;
Y entónces no encontrando su corazon estrecho
Recinto suficiente para tesoro tál,
Derrama sobre un libro la miel que hay en su pecho,
Jarron lleno de esencia, de inspiracion raudal.

En este libro frágil arraiga el árbol santo
De los recuerdos mios: él es mi corazon:
Yo anido entre sus ramas y entre sus flores canto
Moriscas serenatas, en cuyo estraño són
Mi voz recorre todos los tonos y las claves
Que encuentra en la armonía de la ancha creacion,
Desde los dulces píos del canto de las aves
Hasta el rugido ronco del rápido aquilon.

Yo soy la rica abeja que labro y atesoro
Para verterla luego mi nutritiva miel:
Yo soy la mariposa cuyas alillas de oro
Desprenden los aromas del nardo y el clavel.
Yo soy aquel poeta cuyo cantar sonoro
Acordes acompañan el pastoril rabel,
El caracol marino y el tarabúk del moro,
La lira de la Grecia y el harpa de Israël.

Yo soy, átomo frágil á quien el viento mueve,
Insecto susurrante que zumba sin cesar.
El trobador errante del siglo diez y nueve
Que cruza mar y tierras en brazos del azar.
Yo voy, de mi fé mártir, mas fiel á mi destino,
Los pueblos alegrando con mi pueril cantar,
Y por dó quiera francos encuentro en mi camino
Amigos que me esperan y hospitalario hogar.

Yo en medio de sus hijos ante su hogar me siento,
Y con su vaso bebo, y como de su pan;
Me cuentan sus pesares y su pesar ahuyento
Con mis canciones, hijas de mi ignorado afan:
Porque tambien de penas arrastro yo mi carga;
¡Ay! ¿sobre quién no pesa la maldicion de Adan?
Mas dan para mí solo mis penas hiel amarga;
Las canto, y miel y flores para los otros dan.

Yo voy por donde paso desparramando historias,
Ya tristes, ya risueñas, de lágrimas ó amor:
Yo cuento á los que viven las mágicas memorias
De aquellos que vivieron en época mejor.
Yo canto á las doncellas tiernisimos cantares,
Yo cuento á los guerreros los fastos del valor,
Yo entono sacros himnos al pié de los altares,
Y cojo en todas partes ó siembro alguna flor.

Tál es el libro mio: un ramo de mil flores
En diferentes climas cogidas al azar,
Al que coronan Leila la flor de mis amores
Y Fátima la perla de su agitado mar.
Tal es mi libro: un cuento por mil pasajes roto,
Un ramo de recuerdos, ofrenda hecha al pasar
Al pueblo Mexicano: de gratitud un voto
Del que es mi alma templo, mi corazon altar.