La flor de los recuerdos (México): 42

De Wikisource, la biblioteca libre.
La flor de los recuerdos (México) de José Zorrilla
México y los mexicanos. Félix María Escalante


Félix María Escalante. De este jóven, como de todos los poetas mexicanos que me hicieron ó dedicaron versos á mi llegada á la capital de su República, diré muy pocas palabras: porque no parezca que sus versos y mis elogios, son los intereses producidos por el capital de una compañía de aplausos mútuos. Escalante es un poeta de corazón y de imaginación, cuyos versos son generalmente llenos y sonoros, cuyos pensamientos no carecen de elevación, cuya inspiración tiende continuamente al entusiasmo. El año pasado de 1856 publicó un tomo de poesías, del cual cito á V. los siguientes cuartetos, tomados de su composición “el Salvage.”

¡Oh quién me diera tu vivir salvage!
Yo, como tú, mis flechas afilara,
Y meciera en el viento ese plumage
Con que, cual tú, mi frente coronara.

Tú al murmullo de arroyos trasparentes
Descansas en las grandes soledades:
Tú cantas al bramar de los torrentes,
Y duermes al rodar las tempestades.

Tú no enfrenas tus férvidas pasiones:
Libre es tu amor como en el llano el viento:
Sin conocer poder ni distinciones,
Vives bajo el dosel del firmamento.

Tiendes la vista al despuntar el dia,
Y forma tu placer cuanto hay creado,
El arroyo te brinda su agua fria,
La palmera su fruto sazonado.

Persiguiendo á la corza en su carrera
Con tus flechas la das muerte segura:
Con el oso luchando y la pantera,
Abates con tu esfuerzo su bravura.

Duerme en paz en las grandes soledades,
Goza tu libertad en el desierto:
Ignora lo que pasa en las ciudades,
En ese campo á tu placer abierto.

. . . . . . . . . . . . . . . .
Desatados los ráudos torbellinos,
En columnas de polvo desde el suelo
Se levantan, gigantes remolinos
Que tocan en la bóveda del cielo.

Son precursores de feroz tormenta:
Rueda la tempestad en sus regiones,
Y al retumbar del trueno que revienta
Se rasgan los espesos nubarrones.

La noche tiende su impalpable manto,
Retiemblan las montañas escarpadas,
Y las centellas giran con espanto
Y las nubes de fuego están preñadas.

. . . . . . . . . . . . . . . .
Y crece mas la furia de los vientos:
Recia la llúvia se desata luego:
Combatiéndose están los elementos,
El viento asolador, el agua, el fuego.

¡Sublime tempestad! de tu fiereza
¿Quién no tiembla? ¿quién burla tu corage?
¿Quién alza desdeñoso su cabeza
En medio de su cólera?—El salvage.

Sí: tú, salvage, el indomable, el fuerte;
Yo admiro tu valor privilegiado,
Si al espantoso aspecto de la muerte
Tranquilo está tu corazon osado.

Y yo te canto; con tu voz potente
Quisiera que mi voz se levantara:
Al saltar en los riscos el torrente,
Al estallar el rayo, no temblara.

Escalante es uno de los jóvenes de esperanza para el porvenir de la poesía mexicana.