La justicia y el puerco
Litigaban en Asia dos labradores delante de un juez: el uno de ellos le regaló un panal de miel; el otro, que lo supo, le llevó una cesta de huevos. Sabido esto por el primero, volvió con un saco de nueces; y el otro, que era mas rico, no queriendo ser vencido con razones de tanto ruido, le envió un puerco mas que regular.
Estando ya para terminarse la causa, pareciéndo le al juez que habia sacado bastante, sentenció en favor de la parte defendida por el puerco; y como se querellase el perdidoso de haber sido engañado, pues le habia prometido dar la sentencia en su favor cuando le llevó las nueces, el juez lo tomó de la mano, y conduciéndolo á la pocilgaen que gtiardaba su cerdo, le dijo:
— Es verdad que así habia determinado hacerlo; pero vino este animal á mi casa, topó con el saco de nueces y lo deshizo.