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La oración de una vieja

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Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


La oración de una vieja.

Señor, dijeron sus cortesanos al tirano Dionisio; en el templo de Júpiter se vé todos los días una mujer anciana que pide á gritos á los dioses por tu salud.

Dionisio mandó llamar á la vieja, y puesta en su presencia le preguntó:

— ¿Qué motivo te obliga á tan piadosos ruegos?

Escusábase á responder, pero instada, dijo:

— Señor, he conocido dos antecesores tuyos; el primero fue malo, el segundo peor; y tú que te cuentas el tercero pésimo; temo que te herede alguna infernal furia, y por eso pido por tí á los dioses.