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La piedra cansada: cuadro quinto

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La piedra cansada
de César Vallejo
ACTO PRIMERO

ACTO PRIMERO

Cuadro Quinto



Ante el pórtico del Koricancha. Numerosos quechuas cruzan, descalzos o de rodillas en señal de adoración, ante el templo del Sol. Los hay que entran o salen de él. Algunos niños van de la mano de jóvenes villacs, llevando altos tallos de maíz. Un piruc anciano sale del templo, a la cabeza de un pequeño ayllu: mujeres, niños y adolescentes campesinos, de cuyas rodillas penden florecillas y sonoros piruros de cobre.

Al pie de una pilastra, hacia el lado izquierdo del pórtico, dos doncella hacen arder hojas de coca en un zahumerio consistente en un cráneo humano.

Tolpor aparece por la derecha, abstraído, la mirada perdida en el vacío. Grupos de gente se apartan de él, con mezcla de piedad y repugnancia, por no haberse descalzado ante el lugar sagrado.


ANCIANO, severo: — Entra al templo. Repara tu falta... (Tolpor se arrodilla ante la pilastra y se abisma en sus reflexiones)


TOLPOR, saliendo de pronto de su ensimismamiento, jubiloso a las doncellas: — Mi antara, hermosas vírgenes, se compone de trece carricillos... (Las doncellas se vuelven a él, risueñas y sencillas) Los sujeta y une una doble redecilla de tendones pertenecientes a un gigante colla,muerto por mi padre, como hondero del Inca, en la célebre batalla del Jonday.


DONCELLA PRIMERA: — ¿Sabes tocar el antara?


TOLPOR: — La hago hablar lo que quiero. Cuando toco, va sujeta a mi cuello por un bello trenzado de cabuya. Y cuando no la uso, la guardo en un estuche de piel de rana, embutido de ornamo, datara sanguínea y otras yerbas vilcas, de las que se sirven para frotarse el cuerpo los adivinos aterrados.


DONCELLA SEGUNDA: — ¿Dónde vives? ¿Cómo te llamas?


TOLPOR: — Soy Tolpor, el albañil.


DONCELLA SEGUNDA: — ¿De qué ayllu eres?


TOLPOR: — De los taucasquis. Vivo en los arrabales del Hurin-Cuzco, cercadel palacio de Yucay.


DONCELLA PRIMERA: — ¿Y tu familia?


TOLPOR: — Mi madre y una hermana. El padre murió de mal viento,cojido al pasar delante de la tumba de una adúltera. ¿Y vosotras?


DONCELLA SEGUNDA: — Mitimaes de la montaña. ¿Dónde trabajas?


TOLPOR: — Riego en estío los oasis y grutas de recreo de Yucay, y enotoño, trabajo en las fortalezas y acueductos.


DONCELLA SEGUNDA: — ¿Por qué no entras al templo?


TOLPOR: — ¿Por qué no entro al templo? Porque, antes, voy a hacer unaablución en el Huatanay.


LAS DONCELLAS, sobrecogidas: — ¡Oh!...¡No nos toques! ¡Vete!...(Seasen una a otra, retirándose y aislando a Tolpor)


TOLPOR: — ¿Hermosas mitimaes, montañesas señoras, conocéis el amor?¿Habéis amado ya? Alejaos de mí, pero escuchadme...


DONCELLA PRIMERA: — ¿El amor?... El amor cuentan que nace a la sombra de las palmeras florecidas.


DONCELLA SEGUNDA: — El amor viene en los buches de los cóndores del norte. Es una piedrecilla azul, que cura el mal de la distancia.


TOLPOR, riéndose como un niño: — El amor, desconocidas, no viene de planta ni de animal. El amor, todo el amor y todos los amores del mundo,nacen del pecho humano. Lo sé. Lo sé por experiencia. Mi amor, el amor que me nace esta tarde, lo he soñado durante soles, lunas y estaciones, al tañer los carrizos de mi antara...(Las doncellas también ríen,infantiles)


DONCELLA PRIMERA: — ¿Y dónde anda tu novia? ¿Quién es ella?


TOLPOR: — ¡Mi novia es una ñusta! ¡Una ñusta aterrada! Ha acariciadomis cabellos...


LAS DONCELLAS, aleladas: — ¡Una ñusta!... ¡Es una ñusta!... ¡Otra impiedad! ¡Otra blasfemia! ¡Vete! ¡Manchas! ¡Vete! ¡Vete!... (Se apartande él. Algunos transeúntes se detienen a observar la escena. Tolpor,bruscamente ensombrecido, se descalza y penetra, la frente inclinada,en el Koricancha)



TELÓN