La protesta contra la traición
El gran partido legal
al ver hecho tan cobarde,
combatió contra ese alarde
de pura juerza brutal,
y hasta el blanco más bozal
se presientó el mesmo día,
maldiciendo cual debía
a ese enjuague tan sin nombre,
que al interés de dos hombres
el de la Patria vendían.
Se citó inmediatamente
pa riunirse a una hora dada,
y la casa señalada
se enyenó pronto de gente.
Mosada tuita desente
que amostró su indinación
con frases del corazón
contra aquellos partidarios,
que hoy son los piores corsarios
para su mesma openión.
Al pesar de que llovía
naides se desanimó;
y asigún se me contó
más de seiscientos había.
Y muchos en ese día
ciertas verdades dijieron,
que como balaso jueron
a darle en medio del pecho,
a los que encima el derecho,
su combenencia pusieron.
Daba gusto el ver riunida
tuita aquella jobentú,
con Vedia y Aramború
que mandaban la partida.
¡Pucha parada escojida!
Poco había mesturaos,
y esos andaban raliaos
reselando les cayesen,
como con razón merecen
Del candombe los aliaos.
Y hasta dijo que oyó hablar
a unos de letra menuda,
los que son a no haber duda
como acero pa cortar.
Saben hacer palpitar
los más juertes corazones,
con aquellas espreiciones
que añudan a su manera,
y al alma van tan lijeras
lo mesmo que esalaciones.
Sin haber vacilación
de la causa los borraron
pues los que torpes robaron
los votos de la Elisión,
no debían en la openión
lugar ninguno tener;
por ser los que hacen perder
el prestigio de un partido,
y el nuestro siempre ha querido
su honra pura mantener.
Al fin todo se acabó
sin ebentos ni pasages,
y el lindo cajetiyage
pa su cancha se largó,
una vez más, aprendió
la camada de ambisiosos,
que no se turba el reposo
de las santas openiones,
que sostienen corazones
de costancia valerosos.