La restauración
Apariencia
LA RESTAURACIÓN.
Bien haces, Isabel, por vida mía,
En no abdicar tu cetro y tu corona,
Que los bravos que cercan tu persona
Bastan para salvar tu dinastía.
Mientras les des el pan de cada día,
Y gocen junto á tí la vita bona,
Te ofrecerán su pluma ó su tizona,
Que de léjos insulta ó desafía.
Los conozco muy bien; acaso alguno,
Que si le nombro manchará mis labios,
Me pagó benefícios con agravios;
Y sé bien que entre todos, ó uno á uno,
Te llevarán con uñas ó con cuernos,
No digo yo á palacio, á los infiernos.
Madrid, 1869.