La vuelta de Martín Fierro (1879)/33
Despues á los cuatro vientos
Los cuatro se dirijieron—
Una promesa se hicieron
Que todos debian cumplir—
Mas no la puedo decir
Pues secreto prometieron.—
Les alvierto solamente,
Y esto á ninguno le asombre,
Pues muchas veces el hombre
Tiene que hacer de ese modo—
Convinieron entre todos
En mudar allí de nombre.
Sin ninguna intencion mala
Lo hicieron, no tengo duda,—
Pero es la verdá desnuda,
Siempre suele suceder—
Aquel que su nombre muda
Tiene culpas que esconder.
Y ya dejo el estrumento
Conque he divertido á ustedes—
Todos conocerlo pueden
Que tuve costancia suma—
Este es un boton de pluma
Que no hay quien lo desenriede.
Con mi deher he cumplido—
Y ya he salido del paso,
Pero diré, por si acaso,
Pa que me entiendan los criollos—
Todavia me quedan rollos
Por si se ofrece dar lazo.
Y con esto me despido
Sin espresar hasta cuando—
Siempre corta por lo blando
El que busca lo siguro—
Mas yo corto por lo duro,
Y ansi he de seguir cortando.
Vive el águila en su nido,
El tigre vive en la selva,
El zorro en la cueva agena,
Y en su destino incostante,
Solo el gaucho vive errante
Donde la suerte lo lleva.
Es el pobre en su horfandá
De la fortuna el desecho—
Porque naides toma á pechos
El defender á su raza—
Debe el gaucho tener casa,
Escuela, Iglesia y derechos.—
Y han de concluir algun dia
Estos enriedos malditos—
La obra no la facilito
Porque aumentan el fandango,
Los que están como el chimango
Sobre el cuero y dando gritos.
Mas Dios ha de permitir
Que esto llegue á mejorar—
Pero se ha de recordar
Para hacer bien el trabajo,
Que el fuego pa calentar
Dehe ir siempre por abajo.—
En su ley está el de arriba
Si hace lo que le aproveche—
De sus favores sospeche,
Hasta el mesmo que lo nombra—
Siempre es dañosa la sombra
Del árbol que tiene leche.
Al pobre al menor descuido
Lo levantan de un sogazo—
Pero yo compriendo el caso
Y esta consecuencia saco—
El gaucho es el cuero flaco
Da los tientos para el lazo
Y en lo que esplica mi lengua
Todos dehen tener fé—
Ansi, pues, entiéndanmé,
Con codicias no me mancho—
No se ha de llover el rancho
En donde este libro esté.—
Permitanme descansar,
¡Pues he trabajado tanto!
En este punto me planto
Y á continuar me resisto—
Estos son treinta y tres cantos,
Que es la mesma edá de Cristo.
Y guarden estas palabras
Que les digo al terminar—
En mi obra he de continuar
Hasta dárselas concluida—
Si el ingenio ó si la vida
No me llegan á faltar.
Y si la vida me falta,
Tenganló todos por cierto,
Que el gaucho, hasta en el desierto
Sentirá en tal ocasion—
Tristeza en el corazon
Al saher que yo estoy muerto.
Pues son mis dichas desdichas
Las de todos mis hermanos—
Ellos guardarán ufanos
En su corazon mi historia—
Me tendrán en su memoria
Para siempre mis paisanos.—
Es la memoria un gran don,
Calidá muy meritoria—
Y aquellos que en esta historia
Sospechen que les doy palo—
Sepan que olvidar lo malo
Tambien es tener memoria.
Mas naides se crea ofendido
Pues á ninguno incomodo—
Y si cauto de este modo
Por encontrarlo oportuno—
No es para mal de ninguno
Sinó para bien de todos.