Las mil y una noches:484

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Las mil y una noches - Tomo III​ de Anónimo
Capítulo 484: Y cuando llegó la 485ª noche


Y CUANDO LLEGO LA 485ª NOCHE[editar]

Ella dijo:

"¡... 0 visir mío, tengo miedo de que Juder me mate y se apodere de mi trono!" El visir contestó: "¡Oh rey del tiempo! no temas que Juder se apodere de tu trono! ¡Porque el poderío y la opulencia de Juder son mucho más considerable que los del rey! ¿Qué quieres que haga con tu trono? ¡Además que la posesión de tu trono sería en él una prueba de decadencia, dada su actual posición! Pero en cuanto a matarte, si lo temes verdaderamente, ¿para qué tienes una hija? ¡Bastará con que se la des en matrimonio, y de ese modo compartirás con él el poder supremo; y estaréis ambos en las mismas condiciones!"

El rey contestó: "¡Oh visir, actúa de intermediario entre él y yo!" El visir dijo: "No tienes para eso más que invitarle a tu casa; y pasaremos la velada en la sala principal del palacio. Entonces ordenarás a tu hija que se atavíe con sus mejores galas y pase como un relámpago por delante de la puerta de la sala. Y Juder la divisará; y como ha de excitarse mucho su curiosidad y su espíritu se preocupará por la princesa entrevista, quedará locamente enamorado; y me preguntará quién es ella. Entonces yo me inclinaré misteriosamente hacia él, le diré: "¡es la hija del rey!" ¡Y me pondré a conversar con él acerca del particular, dejando escapar palabras y palabras, sin que sepa que estás al corriente, hasta que le decida a venir a pedírtela en matrimonio! ¡Y cuando de tal suerte le hayas casado con la joven, vuestra alianza será firme para lo sucesivo; y a su muerte heredarás la mayor parte de lo que él posea!" Y el rey contestó: "¡Verdad dices, oh visir!" Y dio el festín e invito a Juder, que se presentó en el palacio y sentóse en la sala principal, acogido con júbilo y agasajo, hasta la noche.

Y he aquí que el rey había enviado a decir a su esposa que pusiera a la joven sus mejores preseas, y la adornara con sus adornos más hermosos, y la hiciera pasar muy de prisa por delante de la puerta de la sala del festín. Y la madre de la joven ejecutó lo que le habían ordenado ejecutar. Así es que cuando la joven pasó por delante de la sala del festín como un relámpago, bella y enjoyada y brillante y maravillosa, Juder la divisó y lanzó un grito de admiración y un profundo suspiro, y hubo de modular: "¡Ah!" ¡Y se relajaron sus miembros, y se le puso amarillo el rostro! Y el amor, y la pasión, y el deseo, y el ardor entraron en él y le dominaron.

Entonces le dijo el visir: "¡Lejos de ti toda pena y todo mal, mi señor! ¿Por qué te veo súbitamente demudado, y sufriendo, y dolorido?" Juder contestó: "¡Oh visir, la culpa es de esa joven!

¿De quién es hija? ¡Me ha avasallado y me ha arrebatado la razón!" El visir contestó: "¡Es la hija de tu amigo el rey! ¡Si te gusta, verdaderamente, hablaré al rey para que te la dé en matrimonio!"

Juder dijo: "¡Oh visir, háblale! ¡Y por mi vida, que te daré todo lo que me pidas! ¡Y daré al rey cuanto me reclame como dote de su hija! ¡Y seremos amigos y parientes por alianza!"

El visir contestó: "¡Voy a emplear toda mi influencia a fin de obtener para ti lo que anhelas!" Y habló al rey en secreto, y le dijo: "¡Oh rey Schams Al-Daula, he aquí que tu amigo Juder desea aproximarse a ti con alianza! ¡Y se ha encomendado a mí para que te hable con objeto de que le concedas en matrimonio tu hija El-Sett Asia! ¡No me rechaces, pues, y acepta mi intercesión! ¡Y te pagará Juder cuanto pidas como dote de tu hija!" El rey contestó: "¡Pagada y recibida está ya la dote! ¡Y la hija es una esclava a su servicio! ¡Se la doy por esposa, y con aceptarla él de mí, me hace el mayor de los honores!" Y dejaron transcurrir aquella noche sin concretar más.

Pero al día siguiente por la mañana el rey congregó su diwán, y convocó a él a grandes y a pequeños, a amos y a servidores; e hizo ir al jeique al-Islam para la circunstancia. Y Juder formuló su demanda de matrimonio, y el rey la aceptó, y dijo: "¡En cuanto a la dote, ya la recibí!" Y se extendió el contrato.

Entonces Juder hizo llevar allí el saco de las joyas y de las pedrerías, y se lo regaló al rey como dote de su hija. Y al punto resonaron los timbales y los tambores, y tocaron las flautas y los clarinetes, y la fiesta y la alegría llegaron a su apogeo, en tanto que Juder penetraba en la cámara nupcial y poseía a la joven.

Y Juder y el rey vivieron juntos, estrechamente unidos, durante días numerosos. Tras de lo cual murió el rey.

Entonces las tropas reclamaron a Juder para el sultanato, y como él rehusara, siguieron importunándole hasta que aceptó. Y le nombraron sultán.

Y he aquí que el primer acto de Juder sultán consistió en erigir una mezquita sobre la tumba del rey Schams Al-Daula; y llevó a ellos ricos donativos; y para emplazamiento de aquella mezquita escogió el barrio de los Bundukania, elevándose su palacio en el barrio de los Yamania. Y desde aquel entonces el barrio de la mezquita y la propia mezquita tomaron el nombre de Judería.

Luego se apresuró el sultán Juder a nombrar visires a sus dos hermanos, a Salem visir de Su Derecha y a Salim visir de Su Izquierda. Y vivieron así en paz sólo un año, no más.

Al cabo de este tiempo, Salem dijo a Salim: "¡Oh hermano mío! ¿hasta cuándo? ...

En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana, y se calló discreta.