Las señoritas estrellas

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Almanaque Sud-americano (1902)
Las señoritas estrellas de Théodore de Banville

LAS SEÑORITAS ESTRELLAS

Las señoritas Estrellas estuvieron en el baile, donde danzaron locamente toda la noche, y ahora, mien. tras vuelven á su hogar al través de los jardines azules del éter, bailan todavía. Atado el resplandeciente cintillo y sueltas atrás las largas cabelleras, vestidas de una vívida tela de diamante, desnudas las blancas piernas, vuelven jugueteando, risueñas, agitados los senos, cogiendo por los caminos pálidas flores de pedrerías, y sin resignarse á andar tranquilas como señoritas delicadas.

¡No! bailan y bailan sin cesar. Las innumerables comparsas forman ya la figura de un Carnero, ó de un Escorpión, ó de una Lira, ó de una Balanza, ó de un Arco que dispara, ó de un Pez, ó de un Pavo, ó de una Ballena, ó de un Fénix, o de una Grulla, ó todas estas figuras á la vez, y el inmenso collar que se desparrama, no se modifica, y todas es as frentes de diamante alumbran y blanquean la inmensida el azul.

—¡Vamos!—dice la grande Aldebarán á la pequeña Proción,—apuremos el paso, por favor. ¿No ves que se acerca la terrible, la espantosa Aurora, que avanza vestida de rojo, y que ya nos va á quemar la extremidad de los cabellos con la llama rosada de su antorcha?

—¡Ah!--dice Proción, se me ha caído uno de mis escarpines de cristal, y te sigo como puedo, un pie calzado y el otro desnudo.

—¡Qué importa!—responde la señorita grande. — Apresúrate, y si es necesario arroja también el otro por el camino, en alguna caverna de oro. Si no te cuidas de lo que te digo, vamos a tener que pisar luego las rosas de la mañana, salpicadas de sangre. ¿Y qué dirá el señor Camilo Flammarión, si nos ve todavía en el cielo á la hora en que es de reglamento que las honradas estrellas estén en cama?

TEODORO DE BANVILLE.

Dibujos de Apeles Mestres.