Los últimos diez del cuarto regimiento
Juramos en Varsovia mil valientes
No disparar en la ardua lid sagrada
Ni un sólo tiro, y atacar vehementes
Con bayoneta en el fusil calada.
Polonia, en medio del mayor tormento,
No olvida nunca al cuarto regimiento.
Y cuando en torno á Praga combatimos,
Ni un solo tiro, ni uno disparamos;
Y cuando al opresor allí rendimos,
Con nuestras bayonetas le arrollamos.
Praga dirá con qué guerrero aliento
Vertió su sangre el cuarto regimiento.
Y cuando el enemigo muerte horrenda
Nos disparaba en Ostrolenka fiero,
Las bayonetas nos abrieron senda
Por donde herir su corazon artero,
No olvidará Ostrolenka el ardimiento
Ni el arrojo del cuarto regimiento.
Aunque en las filas se ensañó la muerte,
Con nuestras bayonetas no cejamos;
Y aunque adversa en la lid nos fué la suerte,
Ni un tiro, ni uno solo disparamos.
Allá do corre el Vístula sangriento
Vertió su sangre el cuarto regimiento.
La amada patria ay triste! está perdida.
No pregunteis quién busca su derrota.
¡Ay de tus hijos, tierra desvalida,
De cada herida roja sangre brota!
Si preguntais quién sufre más tormento,
Dirá Polonia, el cuarto regimiento.
Adios, hermanos, que en la lid rendidos
Vimos caer luchando á nuestro lado.
Áun vivimos nosotros mal heridos.
La patria ha muerto; así lo quiso el hado.
Dios nos depare fin ménos cruento:
No hay más que diez del cuarto regimiento.
De un dia al pardo albor diez granaderos
De Prusia traspusieron la frontera,
Tristes marchando, adustos y severos.
Se oye un ronco: «¿Quién va?» Con pena fiera
Uno responde: «Sin hogar ni aliento,
Diez hombres son del cuarto regimiento.»