Los condenados: 11

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Escena IX[editar]

SALOMÉ, SANTAMONA, JOSÉ LEÓN y GINÉS.


SALOMÉ.- Aquí estoy... Entra... No temas

GINÉS.- (Examinando el foro.) Hasta los gatos están en la plaza. Con todo, es gran temeridad...

JOSÉ LEÓN.- (Bruscamente.) ¿Quién es esta vieja?

SALOMÉ.- ¿No la conoces? La santa del pueblo.

JOSÉ LEÓN.- (Fijándose en SANTAMONA y recordando.) ¡Ah! Es la ancianita que corta ramos en el monte.

GINÉS.- Y la que reparte pan a los necesitados que vivimos valle abajo.

JOSÉ LEÓN.- Ya. Sí, te he visto en Santa Lucia. ¿Y tú, me has visto a mí en alguna parte?

SANTAMONA.- Sí; en la iglesia.

JOSÉ LEÓN.- (Riendo.) ¡En la iglesia!

SANTAMONA.- Y en un altar.

JOSÉ LEÓN.- ¡Ja, ja!...

SANTAMONA.- En un altar, a los pies del Arcángel San Miguel. (Ríen.)

JOSÉ LEÓN.- Según eso, soy el demonio. ¡Bromistas son las santas del día!

GINÉS.- ¡Si nos quiere mucho!

JOSÉ LEÓN.- ¿Pero de veras eres santa?

GINÉS.- Santa, sí; y yo, humilde pecador, le beso la orla del vestido. (Se la besa.)

SANTAMONA.- ¡Quita allá, farsante!

GINÉS.- Santamona bendita, haga su merced un milagro.

JOSÉ LEÓN.- ¡Ja, ja!... El milagro de que no venga nadie mientras hablo con Salomé.

GINÉS.- Eso

SALOMÉ.- (Mirando por el foro.) Soledad completa.

SANTAMONA.- El milagro que yo haría, si pudiera, grandísimos tunantes, sería volveros personas honradas. Salomé, hija mía, entra en tu casa; no escuches las palabras engañosas de este hombre.

JOSÉ LEÓN.- ¿Por qué, sin conocerme, me juzgas así?

SANTAMONA.- ¡No sé!... Yo me meto en mi casa.

SALOMÉ.- Quédate. Hablaremos delante de ti. (A JOSÉ LEÓN.) Santamona me quiere, y no nos hará traición.

SANTAMONA.- No temáis que os denuncie, ni esperéis que os ampare... Por eso me voy... ¡Adiós! (A SALOMÉ.) ¡Siempre te quiero! Seré contigo en la desgracia. (La abraza. Mientras se despiden en una corta escena muda, JOSÉ LEÓN y GINÉS siguen el diálogo.)

GINÉS.- ¿Quieres que vigile la calle, y te guarde la retirada?

JOSÉ LEÓN.- ¿Para qué? Me basto y me sobro. Puedes volverte.

GINÉS.- ¿A Santa Lucia?

JOSÉ LEÓN.- Irás antes a Biniés. Hay que acabar la mudanza. Recoge lo que allá quedó, y tráetelo pronto.

GINÉS.- Está bien. (Vase por el fondo.)