Los intereses creados: Acto II, Cuadro tercero, Escena VII

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Los intereses creados
Acto II: Cuadro tercero, Escena VII
de Jacinto Benavente

DICHOS y CRISPÍN, que sale corriendo por la segunda derecha.
CRISPÍN.-¡Señor! ¡Señor! El señor Polichinela llega.
SILVIA.-¡Mi padre!
LEANDRO.-¡Nada importa! Yo os entregaré a él por mi mano.
CRISPÍN .-Ved que no viene solo, sino con mucha gente y justicia con él.
LEANDRO.-¡Ah! ¡Si te hallan aquí! ¡En mi poder! Sin duda tú les diste aviso... Pero no lograréis vuestro propósito.
CRISPÍN.-¿Yo? No por cierto... Que esto va de veras, y ya temo que nadie pueda salvamos.
LEANDRO.-¡ A nosotros no; ni he de intentarlo!... Pero a ella sí. Conviene ocultarte; queda aquí.
SILVIA.-¿Y tú?
LEANDRO.-Nada temas. ¡Pronto, que llegan! (Esconde a Silvia en la habitación del foro, diciéndole a Crispín): Tú verás lo que trae a esa gente. Sólo cuida de que nadie entre ahí hasta mi regreso... No hay otra huida. (Se dirige a la ventana.)
CRISPÍN.-(Deteniéndole.) ¡Señor! ¡Tente!¡No te mates así!
LEANDRO.-No pretendo matarme ni pretendo escapar; pretendo salvarla. (Trepa hacia arriba por la escalera y desaparece.)
CRISPÍN .-Señor, señor! ¡ Menos mal! Creí que intentaba arrojarse al suelo, pero trepo hacia arriba. Esperemos todavía... Aún quiere volar... Es su región, las alturas. Yo, a la mía: la tierra... Ahora más que nunca conviene afirmarse en ella. (Se sienta en un sillón con mucha calma.)

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