Manifestación de las zaragozanas
Nuestro grabado representa la manifestación republicana verificada en Zaragoza por el bello sexo, en su mayoría madres de familia, y de que tanto han hablado los periódicos en los pasados dias. Una concurrencia numerosísima llenaba el dia de Reyes el salón de Independencia, el paseo de la Lealtad, el campo de la República y sus avenidas, esperando el ansiado instante de la llegada de la comitiva que no tardó mucho en aparecer, precedida de una lucida banda de música, entonando aires y himnos patrióticos, y ostentando diversidad de estandartes, banderas y pendones, en los que se leían inscripciones varias, y entre otras, las de ¡Viva la República Federal! ¡Abajo las quintas! y ¡Abajo las matrículas de mar!
Una vez llegadas al Campo de la República y desde el lugar que oportunamente se había dispuesto, tomaron algunas de las señoras la palabra, y en sentidos discursos y entusiastas frases hicieron comprender al auditorio la odiosidad y tiranía de las leyes que arrancan al hijo del regazo de sus madres, al padre el apoyo de su vejez desvalida, á la hermana el hermano idolatrado, y á la amante el objeto de su tierno cariño, escitando á todas las españolas á que elevasen sus clamores solicitando la abolición de ese terrible impuesto, la contribución de sangre; no sin advertir á todas las madres, que eduquen a sus hijos en los principios de la libertad que son la esperanza de la regeneración de nuestra querida patria.
Terminados que fueron sus elocuentes y conmovedores discursos, una parte de la numerosa procesión encaminó sus pasos hacia la Diputación provincial, á donde le siguieron multitud de personas en cuyos sem¡ blantes se pintaba la admiración y el entusiasmo que aquel espectáculo les inspiraba, y que contribuían á enardecer los sonidos de los himnos y marchas nacionales.
Desde el balcón de dicho edificio, dos señoras dieron las gracias á la inmensa concurrencia que llenaba la plaza y los balcones de los edificios contiguos, por la nuena acogida que habían preparado á su manifestación y por el comportamiento ordenado y sensato de que habían dado muestras, concluyendo con vivas á ¡ la libertad y á la república federal.
Después de estas arengas, el gobernador civil y el ciudadano Juan Pablo Soler, dirigieron la palabra al pueblo, y el acto terminó con el mismo orden que habia comenzado, dejando grata memoria en el pecho de los zaragozanos, que al ver tanto entusiasmo en pl sexo bello, reconocen todavía existente aquel fuego patriótico y heroico espíritu que hicieron célebre á Agustina de Aragón en 1808.