Mano Santa: 5

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Escena IV[editar]

Dichas y CARLOS.


CARLOS. -Buenas... Caramba, cuánto bueno por acá...

ANUNZIATA. -Venía a mostrarle una cosa a su señora, pero con estos muchachos no puedo estar tranquila en ninguna parte... ¡Ya se pueden mandar mudar, atrevidos! (Los chicos huyen.)

CARLOS. -(A MARÍA LUISA.) ¿Cómo está mi negra? ¿Muy enojada? Tiene razón, pero sucedió que se descompuso una linotipo...

MARÍA LUISA. -Ahí tenés vos, que tanto te burlas del Mano Santa, la cura maravillosa que ha hecho...

CARLOS. -¡Adiosito!... ¿Volvemos?...

MARÍA LUISA. -No... lee, lee y te convencerás... aquí está... de cuerpo presente la vecina, buena y sana después de...

CARLOS. -¡Ta, ta, ta! (Recalcando.) Después de siete años de constante padecer, desahuciada por las notabilidades médicas... ¿No es así?... ¡Vaya! ¿A que adivino el final? «Y en prueba de mi gratitud lo autorizo a publicar este certificado, deseando que contribuya a divulgar su acción benéfica para la humanidad doliente!» ¿Qué te parece?

ANUNZIATA. -(A los chicos.) ¡Váyanse! (Viendo que se han ido.) ¡Ah! ¡No está nesuno!...

MARÍA LUISA. -Me parece que no tenés tanta confianza con la vecina para reírte de ella...

CARLOS. -De ninguna manera... Me río de esta explotación inicua...

LINA. -¿Explotación? Y mientras tanto ahí la tiene usted vendiendo salud, después de haberse pasado la vida trabajando para el médico y el boticario... ¿No es cierto, doña?

MARÍA LUISA. -Y postrada en cama, con una... ¿cómo es?... gastritis nerviosa, gastritis nerviosa, ¿has entendido? ¡tremenda!...

CARLOS. -¡Caramba! ¿Nada menos?

LINA. -¿Y la ciática?

MARÍA LUISA. -Y de yapa eso... Una ciática tan tremenda que no le paraba alimento en el estómago...

CARLOS. -¿Ciática en el estómago? ¡Es terrible esa enfermedad! ¿Se curó bien, señora?

ANUNZIATA. -Sí, señor. A veces cuando hace mal tiempo me duele un poco, sabe...

CARLOS. -¿El estómago?

ANUNZIATA. -No; la ciática... Esta es cosa que me operaron en el hospital, la vez pasada, aquí en la pierna...

CARLOS. -¡Ah!... ¿Y eso fue lo que le curó Mano Santa?

ANUNZIATA. -Vea; para decirle la verdad, yo no sé bien lo que tenía, pero don Salvador me dijo que ya quedaba sana y a mí me parece que sana estoy. ¿No es así? Apetito al menos no me falta, gracias a Dios...

CARLOS. -Y a mí tampoco... No tendré que consultar a Mano Santa para comer bien...

ANUNZIATA. -¡Caramba!... Ustedes todavía sin almorzar y yo aquí entreteniéndolos...

CARLOS. -Por nosotros, señora...

ANUNZIATA. -Tengo que hacer, también; así es que buen provecho y hasta luego...

LINA. -Yo también me marcho... Tengo que salir y... buen provecho. (Mutis.)