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Milagro XII - El prior y el sacristán

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Milagros de Nuestra Señora
de Gonzalo de Berceo
Milagro XII - El prior y el sacristán


En una villa bona que la claman Pavia,
Çibdat de grant façienda, iaçe en Lombardia,
A vie dentro en ella una rica mongia
De muy bonos omnes muy sancta compannia.


Era el monesterio alzado en honor
Del que salvó el mundo sennor Sant Salvador:
Avie por aventura en elli un prior
Que nonquerie vevir sinon a su sabor.


Avie el bon omne una lengua errada:
Diçie mucha orrura de la regla vedada,
Façia una tal vida non mucho ordenada;
Pero diçie sus oras en manera temprada.


Avie una costumne que li ovo provecho,
i Diçie todas sus oras commo monge derecho,
I A las de la Gloriosa siempre sedie erecho,
Aviel el diablo por ello grant despecho.


Peroque semeiaba en unas cossas boto,
E commo vos dissiemos que era boca-roto;
En amar la Gloriosa era muy devoto,
Diçie el su ofiçio de suo corde toto.


Ovo quanto Dios quiso est prior a finar,
Cadió en un exilio en un aspero logar,
Non vos podrie nul omne el laçerio contar
Que el prior levaba, nil podrie asmar.


Avia un sacristano en essa abadia
Que guardaba las cosas de la sacristania:
Uberto avie nomne, cuerdo e sin follia:
Valie mas ca non menos por elli la mongia.


Ante de los matines una gant madrugada,
Levantose est monge rezar la matinada,
Tanner a los matines despertar la mesnada
Enderezar las lampadas, allumnar la posada.


El prior de la casa de suso ementado
Anno avie complido de que fuera finado;
Pero fué el su pleito en cabo reçentado.
Tan bien commo al día quando fo soterrado.


El monge de la casa que sacristano era
Ante que empezasse tanner la monedera,
Alimpiaba las lampadas por fer meior lumnera;
Príso un grant espanto de estranna manera.


Udió una voz: domne, flaquiella e cansada,
Disso: fraire Ubert, non sola una vegada;
Connoçiola Ubert e non dubdó en nada,
Que la del prior era; príso grant espantada.


Salió de la eglesia, fo a la fermeria,
Non levaba de miedo la voluntat vaçia,
Non irie tan apriesa iendo en romeria:
Don Bildur lo levaba, par la cabeza mia.


Estando de tal guisa fuera de las vertudes,
Udió: Ubert, Ubert, por qué me non recudes?
Cata non aias miedo, por ren non te demudes
Piensa commo me fables e commo me pescudes.


Estonz dixo Ubert: prior, sé que debedes,
De vos comrfio estades vos me lo regunçedes,
Que sepa el cábildo de vos commo seedes,
En qual estado sodes, o qual lo atendedes.


Dissoli el prior: Ubert, el mio criado,
Sepas hasta aqui mal a de mi estado:
Cadí en un exilio crudo e desteinorado:
El prinçep de la tierra, Smerna era clamado.


Sufri mucho laçerio, passé mucho mal dia,
El mal que e passado contar non lo podria,
Mas ovo a passar por hi Sancta Maria,
Ovo pesar e duelo del mal que yo sufria.


Prísome por la mano e levóme consigo,
Levóme al logar temprado e abrigo,
Tolióme de la premia del mortal enemigo,
Pusome en logar do vivré sin peligro.


Grado a la Gloriosa que es de graçia plena,
Fuera so del laçerio, essido so de pena,
Caí en dulz vergel, çerca de dulz colmena,
Do nunqua veré mengua de iantar nin de çena.


Calló la voz, con tanto despertó el conviento,
Fueron a la eglesia todos de buent taliento,
Dissieron los matines, fiçieron complimiento,
De guisa que podrie Dios aver pagamiento.


Los matines cantados esclareçió el dia,
Dissieron luego prima, desend la ledania,
Fueron a su capitulo la sancta compannia,
Ca esto es derecho, costumne de mongia.


Estando en capitulo, leida la lection,
Fizo el sacristano su genuflexion:
Contólis al conviento toda la vision,
Plorando de los oios a muy grant mission.


Rendieron todos graçias a la Madre gloriosa
Que sobre sos vassallos es siempre piadosa:
Fueron a la eglesia cantando rica prosa,
Fiçieron en escripto meter toda la cosa.


End a poco de tiempo murió e] sacristano,
Murió de fin qual dé Dios a tot xpiano,
Issió de mal ivierno, entró en buen verano,
Fo pora paraiso do será siempre sano.


Esto es sumum bonum, servir a tal sennora,
Que sabe a sus siervos acorrer en tal hora:
Esta es buena tienda, esta buena pastora,
Que vale a tot omne que de buen cor la ora.


Quantos que la udieron esta tal vision
Cogieron en sus almas maior devoçion:
En amar la Gloriosa de maior corazon,
Aclamarse a ella en su tribulaçion.