Obras completas de Platón/Observaciones sobre el órden de los diálogos

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OBSERVACIONES
SOBRE EL ÓRDEN DE LOS DIÁLOGOS[1].



No es cuestion fácil de resolver la relativa al órden que debe seguirse en la colocacion de los Diálogos de Platon. No es esta una dificultad nueva, sino que data de la más remota antigüedad; así Diógenes Laercio cita cuatro sistemas de clasificacion, que hacia ya mucho tiempo se disputaban la opinion de los sabios[2].

Unos dividian los Diálogos en dos grandes clases, segun sus caractéres intrínsecos: los diálogos didácticos, que tienen por objeto la enseñanza de la verdad, y los diálogos zetéticos, que tienen por asunto el arte de descubrirla. Se dividian los primeros en teóricos y prácticos; los segundos en gimnásticos y agonísticos, y cada una de estas categorías comprendia nuevas subdivisiones. Otros considerando la forma de los diálogos más que el fondo, los clasificaban en tres series; diálogos dramíticos, diálogos narrativos, diálogos mistos.

Una tercera clasificacion, atribuida por Trasilo á Platon mismo, agrupaba los diálogos en nueve tetraloPágina:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/36 Página:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/37 Página:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/38 Página:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/39 Página:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/40 Página:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/41 Página:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/42 Página:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/43 Página:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/44 Página:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/45 Página:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/46 clama de todos los sistemas la verdad, sin que encuentre uno que le satisfaga, y donde se lanza á la crítica de las grandes especulaciones metafísicas de Heráclito, de Parménides, de Filolao, de Empedocles, amontonando ruinas sobre ruinas y buscando entre estos despojos los materiales del edificio que un dia habrá de construir.

Restituido á Atenas despues de sus viajes, Platon se fija en la Academia, se recoge en el fondo de su alma, y allí, en el silencio de una reflexion madurada por la experiencia y nutrida con toda la sustancia de las grandes filosofías de lo pasado, traza las grandes líneas de su propia filosofía, y escribe esos diálogos tan particularmente vastos, serenos y profundos, el Fedon, el Banquete, la República, el Timeo, donde dice su última palabra sobre la naturaleza, sobre la divinidad, sobre el arte de educar y gobernar á los hombres.

Tal es la única clasificacion que nos es permitido admitir, atendidas las informaciones de la historia y las reglas de la crítica[3]. ¿Quereis en el seno de cada una de estas tres categorías fijar un órden exacto y preciso, como Schleiermacher lo ha ensayado? Os arrojareis á conjeturas arbitrarias, y os vereis en mil embarazos intrincados. Es preciso saber contenerse, y una vez que las grandes líneas de este monumento están tiradas, es conveniente dejar fluctuantes y á la aventura las líneas secundarias. En nuestra opinion, el órden que nos proponemos es el más probable, el más vecino al órden histórico y el más cómodo para la lectura seguida y para la inteligencia de los diálogos de Platon.


  1. Ajustándonos, segun queda dicho, en la colocacion de los diálogos al método seguido por Chauvet y Saisset, nos ha parecido conveniente publicar las observaciones que estos escritores hacen para demostrar la procedencia de este órden.
  2. Diógenes Laercio, libro III.
  3. Además de las tres series, hemos colocado en una comementaria diálogos muy dudosos, como el Tages, ó ciertamente apócrifos, como el Axioco, y, por último, las cartas y ligeros fragmentos.