Página:1891-Últimos escritos, Pedro Antonio de Alarcón.pdf/29

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hemos de entender por comunicación cualquiera vía directa por donde puedan marchar carruajes acelerados! En una palabra: ¡para venir de Almería á Madrid, hay que principiar por embarcarse, el raro día que algún vapor tiene la bondad de tocar en aquel puerto, de paso para otra costa de EspañaTexto en cursiva!-¡Lo mismo, mismísimo, ocurriría si Almería fuese una isla como la de Alborán ó como la de Cuba!

Volviendo ya al camino de Guadix á Almería, ó más bien á mi viaje de 1854, diré que invertí en él cuarenta horas para andar cosa de quince leguas.-El primer dia salimos de Guadix muchísimo antes de que amaneciera (¡y cuenta que a fines de Abril amanece ya bastan- te temprano!), y á las seis de la tarde, ó sea catorce horas después, hicimos alto, al remate de unas llanuras estériles y desiertas, en el pueblo denominado Doña Maria, donde teníamos pensado dormir, pero donde en realidad no dormimos, por no entrar esto en los cálculos de las no sé cuántas miriadas de pulgas que ha-