Página:1891-Últimos escritos, Pedro Antonio de Alarcón.pdf/56

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Juan de lord Byrón, cuando las náuseas no le dejaban responder con protestas de amor á la carta de despedida de Doña Julia...

Mi Julia, quiero decir, mi ideal poético en aquella travesía era principalmente la Costa de África, para cuya devotísima contemplación desde el barco tenía yo atirantadas y templadas, hacía más de un mes, todas las cuerdas de mi morófilo espíritu, proponiéndome, en cambio, cerrar los ojos y bajar la frente cuando pasara por delante del aborrecido Peñón de Gibraltar, perenne afrenta de nuestra patria y escarnio de las augustas sombras de Guzmán el Bueno y de Gravina... Mas cata aquí que la desventura, ó sea el es- pantoso temporal que reinaba en el Estrecho, trastornó de tal modo las cosas, según que ya había trastornado mi cabeza, que apenas pude divisar á Ceuta y á Tánger entre las nieblas del horizonte y del mareo, mientras que me ví obligado á permanecer nada menos que veinticuatro horas enfrente de la plaza robada á España por Inglaterra... |