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Página:7 de julio - novela (1906).djvu/11

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7 DE JULIO

Para arreglar todito el mundo tengo un remedio singular, y es un martillo prodigioso que a un nigromante pude hurtar.

Cuando pretendan los malvados el despotismo entronizar, este martillo puede solo entronizar la libertad.

Una joven se acercó a él con intención de hablarle.

—Hola, madanaita—dijo Sarmiento deteniéndose junto a la puerta de su casa y echando las manos a la espalda.—¡Cuánto bueno por aquí! Hoy ha venido usted tarde, y el pájaro ha volado.

— ¿No está?— preguntó la joven con desconsuelo.

El semblante de la que se expresó de este modo no indicaba una salud perfecta, ni su vestido un bienestar mundano digno de envidia. Pálida y triste, Solita decía a todo el mundo, con sólo mirar, que el año transcurrido había sido un fardo de bastante peso. Mas al mismo tiempo podía observar en ella quien supiera hacerlo, una firme resolución de resistir cuantas cargas le echara Dios encima, aunque tuvieran toda la pesadumbre imaginable. ¡Y en la forzosa modestia de su atavío había tanto anhelo de parecer bien, una decencia tan escrupulosa, una dignidad tan bien sostenida...! en suma, Solita sabía ser pobre, cualidad rara en todos los tiempos.

— No está—repitió con cierta displicencia Sarmiento, cual si quisiera mortificar a su