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UNA MAÑANA...
Una mañana ardiente y calurosa
Envuelta en el sopor del mes de Enero,
El mar yo contemplaba;
Que en calma y ceniciento parecía
Sentir el peso del caldeado ambiente.
A largos intervalos, una ola
Subiendo, se agrandaba, hasta que inmensa
Rompía con estruendo;
Que a mí se me antojaba
El enorme sollozo contenido
De un pecho varonil, que al fin se ensancha.
Al mar, así tranquilo, así sereno,
Le temo más que cuando está agitado;
Las corrientes internas son las peores,
Las que se ven se esquivan...