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FANTASIA
Eran unas manos pequeñas y finas,
Manos primorosas, manos marfilinas,
Manos sin igual;
Manos de princesa de ancestral leyenda
Que a su caballero marcaba la senda
De luz contra el mal.
Y estas manos blancas, con su amable encanto,
Al poeta inspiran altísimo canto
De paz y de amor;
Porque cuando posan sobre el desgraciado
Vuelven a la calma su ánimo exaltado
Por el cruel dolor.
Y eran blancas, puras, dulces azucenas
Que no conocían del mal y las penas
La pesada cruz;