estrellas sufren al parecer por la interposicion de la sustancia cometaria, hásele atribuido justamente al fondo iluminado sobre el cual se proyectan entonces sus imágenes.
Debemos á las investigaciones de Arago sobre la polarizacion los datos mas importantes y decisivos acerca de la naturaleza de la luz de los cometas. Su polariscopo le ha servido para resolver los mas difíciles problemas, así sobre la constitucion física del Sol como de los cometas. Este instrumento permite en muchas circunstancias, determinar si un rayo de luz, que llega hasta nosotros luego de haber recorrido un espacio cualquiera, es un rayo directo, un rajo reflejado, ó un rajo refractado; y si el manantial de luz de donde emana es un cuerpo sólido, líquido ó gaseíforme. Con ayuda de este aparato, fueron analizadas simultáneamente en el observatorio de París la luz de la Cabra, y la del gran cometa de 1819: la luz de la estrella fija obró como debia esperarse, es decir, como deben hacerlo los rayos emitidos bajo todas las inclinaciones y en todos los azimúts posibles por un sol que brilla con luz propia, mas la luz del cometa apareció polarizada, y tenia por consiguiente luz refleja (51).
La existencia de rayos polarizados en la luz que nos llega de los cometas no ha sido únicamente comprobada por la desigualdad de brillo de dos imágenes, pues de ello nos ha dado una nueva prueba el contraste sorprendente de los colores complementarios, basado en las leyes de la polarizacion cromática descubierta por Arago en 1811. Estas observaciones se renovaron con el mismo resultado en 1835, época de la última aparicion del cometa de Halley. Sin embargo, estos brillantes trabajos no son bastantes para decidir si de la luz propia de los cometas, no se mezcla nada, á la luz solar que estos astros reflejan; combinacion de la cual ciertos planetas, tal como Venus, ofrecen un ejemplo bastante probable.