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Página:Alexander von Humboldt - Cosmos - Tomo I.djvu/12

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viii
prefacio

sólidos conocimientos relativamente á las diversas partes de las ciencias naturales, la contemplacion de la Naturaleza en mas estensos horizontes, como el intento de comprender las leyes porque se rige la física del mundo, solo vana y quimérica empresa serian.

Los conocimientos especiales se asimilan y fecundan mútuamente por el mismo enlace de las cosas. Cuando la botánica descriptiva, por ejemplo, no se circunscribe á los estrechos límites del estudio de las formas y su reunion en géneros y especies, lleva al observador que recorre bajo diferentes climas, vastas estensiones continentales, montañas y mesetas, á las fundamentales nociones de la Geografía de las plantas, á la esposicion de la distribucion de los vejetales, segun la distancia del Ecuador y su elevacion sobre el nivel de los mares. Ahora bien; para comprender las complicadas causas de las leyes que regulan esta distribucion, preciso es penetrar en el estudio profundo de los cambios de temperatura del radiante suelo y del Océano aéreo de que nuestro globo se halla envuelto. De este, modo es como el naturalista ávido de saber se vé conducido de una esfera de fenómenos dada á otra segunda que limita los efectos de aquella. La Geografía de las plantas, cuyo nombre era casi desconocido há medio siglo, nos ofreceria una árida nomenclatura, desprovista de interés, si no recibiese poderoso auxilio de los estudios meteorológicos.

La mayor parte de los viajeros que han verificado espediciones científicas, se limitaron á visitar costas, y así necesariamente tiene que suceder en los viajes alrededor del mundo; yo he disfrutado de la ventaja de haber recorrido espacios considerables en el interior de dos grandes continentes, y en regiones en que presentan los mas fuertes contrastes, como son: el paisage tropical y alpino de Méjico ó de la América del Sur, y el paisaje de las estepas del Asia boreal. Empresas de esta clase debian, dada la tendencia á generalizar las ideas que hay en mi espíritu, vivificar mi ardimiento, y escitarme á reunir en una obra especial, los fenómenos terrestres y los que se efectuan en los espacios celestes. La descripcion física de la Tierra, poco determinada hasta entonces como ciencia, se convirtió, segun este pensa-