pos celestes y los animalillos microscópicos, concurren ambos á producir esa impresion de asombro que escitan en nosotros los grandes números, sentimiento estéril cuando se les presenta aislados, sin relacion con el plan general de la naturaleza ó con la inteligencia humana: una pulgada cúbica de trípol de Bilin, contiene en efecto, segun Erhemberg, 40.000 millones de conchas silíceas de galionelas.
Segun hace notar Argelander, las estrellas brillantes son mas numerosas en la region de la via láctea que en cualquiera otra parte del cielo; pero además de esta via láctea, compuesta de estrellas, hay otra via láctea de nebulosas que encuentra á la primera casi en ángulo recto. De las observaciones de Sir John Herschell, se desprende que la primera forma un anillo análogo al de Saturno, una especie de cinturon aislado por todas partes y colocado á alguna distancia de nuestra capa lenticular de estrellas. Nuestro sistema planetario está situado en el interior de este anillo, pero escéntricamente, mas cerca de la region donde se halla la Cruz del Sud que de la region opuesta de Casiopea (11). Una nebulosa que Messier descubrió en 1774, pero que no pudo observarse sino imperfectamente, reproduce al parecer con asombrosa exactitud todos los rasgos del conjunto que acabamos de bosquejar, pues, se encuentra allí el grupo interior y el anillo formado por las diversas partes de la via láctea (12). Respecto de la via láctea compuesta de nebulosas, créese que no pertenece á nuestra zona estelar, sino que la rodea únicamente á una enorme distancia bajo la forma de un gran círculo, casi perfecto, que atraviesa las nebulosas de Virgo tan numerosas hácia el ala septentrional, la cabellera de Berenice, la Osa mayor, el cinturon de Andrómeda y los Piscis boreales. Probablemente esta via láctea se cruza con la otra formada de estrellas hácia la region de Casiopea, reuniendo asi sus polos situados en la direccion en que es menos espesa nues-