esperimentos de Seebeck, simples corrientes termo-eléctricas producidas por la desigual distribucion del calórico, ó mas bien, corrientes de induccion, nacidas de la accion calorífica del Sol (63)? ¿Concederemos cierta influencia en la distribucion de las fuerzas magnéticas al movimiento de rotacion de la Tierra, y á la diferente velocidad de las zonas segun su mayor ó menor distancia al Ecuador? ¿Existirá quizás algun centro de accion magnética en los espacios interplanetarios, ó en cierta polaridad del Sol y de la Luna? Estas últimas hipótesis nos recuerdan que Galileo en su célebre Diálogo, esplica la direccion constante del eje de la Tierra por medio de un centro de accion magnética situado en los espacios celestes.
Si nos representamos el interior del globo terrestre como una masa mantenida en el estado de liquefaccion por un calor enorme, preciso es que renunciemos á la hipótesis del núcleo magnético que han supuesto en la Tierra algunos físicos para esplicar estos fenómenos.
Sin embargo, el magnetismo no desaparece completamente sino á la temperatura del blanco (64), y el hierro conserva todavía vestigios, mientras su temperatura no pasa del rojo oscuro; de donde resulta que sean cuales fueren, por otra parte, las modificaciones del estado molecular de los cuerpos en estos esperimentos, y por consiguiente de su fuerza de cohesion, siempre quedará una buena porcion del espesor en la corteza terrestre, en donde poder buscar el asiento de las corrientes magnéticas. Atribuianse en otro tiempo las variaciones horarias de la declinacion al calentamiento progresivo de la Tierra bajo la influencia del movimiento diurno aparente del Sol; pero esta accion interesa solamente la capa mas superficial, pues se halla demostrado por observaciones hechas cuidadosamente en varios puntos del globo, valiéndose de termómetros colocados debajo de tierra á diferentes profundidades, que el calor solar penetra