Si la actividad de los volcanes, cuando no encuentra salida, se ejerce contra el suelo y provoca temblores de tierra, estos, á su vez, obran por reaccion sobre los fenómenos volcánicos. Las grietas ayudan á la formacion de los cráteres de erupcion y favorecen las reacciones químicas que en ellos se engendra por el contacto del aire. Una columna de humo que salia del volcan de Pasto, en la América del Sud, desapareció súbitamente el 4 de Febrero de 1797, durante el gran temblor de tierra que destruyó á Riobamba, 36 miriámetros mas allá, hácia el Sud. Temblores de tierra que se hacian sentir en toda la Siria, en las Ciclades y en Eubea, cesaron de repente en el momento mismo en que un torrente de materias ígneas brotaba en las llanuras de Chalcis (93). Refiriendo este hecho el célebre geógrafo d'Amasea, añade: «que desde que las bocas del Etna se han abierto y vomitan fuego; desde que las masas de agua y de lavas en fusion pueden ser arrojadas fuera, el litoral padece menos temblores de tierra que cuando los cráteres estaban cerrados antes de la separacion de la Sicilia y de la Italia.»
Es, pues, indudable, que la fuerza volcánica interviene en los temblores de tierra; pero esta potencia universalmente esparcida como el calor central del planeta, llega raramente, y esto en algunos puntos aislados, á producir fenómenos de erupcion. Las masas liquefactas de basalto, de melafiro y de grunstein que surgen del interior, llenan poco á poco las hendiduras y acaban por cerrar toda salida á los vapores. Cuando estos se acumulan, acrece su tension, y su reaccion contra la costra terrestre puede ejercerse de tres maneras distintas: ó quebrantan el suelo, ó le levantan bruscamente, ó varian con lentitud la diferencia de nivel entre los continentes y los mares. Esta última accion no es sensible sino despues de largos años, y fué observada por primera vez en una estension considerable de Suecia.