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la vida vegetal, no contiene ya hoy dia sino una preparacion de gas ácido carbónico estremadamente escasa y sin influencia deletérea en las organizaciones animales del mundo actual. Por entonces tambien, abundantes emisiones vaporosas de ácido sulfúrico ocasionaron la destruccion de las innumerables especies de moluscos y peces que habitaban las aguas del antiguo mundo, y formaron las capas de yeso contorneadas en todos sentidos y sometidas por aquel tiempo, sin duda alguna, á frecuentes sacudidas.

Causas físicas análogas hacen surgir aun hoy del seno de la Tierra, gases, líquidos, légamos y lavas hirvientes; pudiendo ser considerados los cráteres de erupcion como especies de fuentes intermitentes (0). Todas estas materias deben su temperatura y su constitucion química á los mismos lugares de donde surgen. El calor medio de las fuentes es inferior al de la atmósfera cuando sus aguas descienden de las alturas; y ya hemos indicado la ley numérica de esta progresion con que aumenta el calor cuanto mas profundas son las capas que las aguas atraviesan. Las procedentes de lo alto de las montañas pueden mezclarse á las del interior de la Tierra, de donde resulta que la temperatura de las fuentes no dá siempre con exactitud la posicion de las líneas isogeotermas ó líneas de igual temperatura interna de la Tierra (1); como notamos mas de una vez mis compañeros de viaje y yo en el Asia septentrional. La temperatura de las fuentes, de la cual se han ocupado los físicos desde hace medio siglo, depende, como el límite de las nieves perpétuas, de causas mu y complejas y numerosas, y se halla en relacion con la temperatura de la capa terrestre de donde surge el manantial, con el calor específico del suelo, y finalmente, con la cantidad y temperatura de las aguas pluviales (2); temperatura que difiere esencialmente de la que tienen las capas inferiores de la atmósfera (3).

Para que los manantiales frios puedan darnos fielmente